15 abril, 2020
Reconvertir las viviendas turísticas en apartamentos para el teletrabajo. Esta es la idea de la empresa canaria Spases para reinventarse en este tiempo de pandemia y confinamiento. La iniciativa consiste en ofertar a las empresas espacios perfectamente habilitados para los empleados que tengan dificultades para cumplir con sus obligaciones laborales desde su hogar.
«Hay negocios que, por diversas razones, no pueden parar durante este período de confinamiento y no todos los trabajadores tienen la libertad de teletrabajar, ya sea porque no cuentan con el equipo necesario o porque no disponen de un espacio o entorno tranquilo o productivo», explica Spases acerca de su propuesta.
Los inmuebles disponibles y la selección de cuál de ellos corresponde a cada trabajador estarán basados en una serie de premisas, todas ellas motivadas por el deseo de brindar un espacio cómodo que, al mismo tiempo, asegure el distanciamiento social.
-Un espacio por persona: Cada vivienda sólo podrá ser utilizada por un trabajador y estará así a salvo de contaminación sanitaria. «El anfitrión lo preparará todo y no volverá a entrar hasta la salida del trabajador. No habrá limpieza a menos que se garantice durante el alquiler», informa Spases.
-Cercanía al hogar: Se buscará que el trabajador no tenga que conducir ni usar el transporte público para desplazarse desde su propia casa a su apartamento laboral.
-Servicios garantizados: Una silla cómoda, una buena conexión Wifi o una máquina de café son algunos de los servicios que garantiza Spases a quienes trabajen desde una de las viviendas. Además, el anfitrión proporcionará los suministros básicos para empezar, como el papel higiénico o el jabón.
-Precio único por unidad: Cada espacio se usará para el mismo propósito y tendrá el mismo precio. «No es el momento de hacer millones», recalca la empresa. «Cobraremos una comisión del 20% a los clientes (empleadores). Eso se destinará a cubrir el coste de nuestro personal y cualquier beneficio extra se destinará a apoyar a los administradores de las propiedades y a los anfitriones particulares», añade Spases.