26 agosto, 2021
La vocación hotelera le viene de familia y, con sólo 25 años, ya dirige dos hoteles en A Coruña: el Avenida y el Plaza. Nuria Blanco explica cuál fue su trayectoria vital y por qué tomó la decisión de dedicarse al sector del alojamiento en lugar de estudiar y ejercer la Medicina como su padre José Blanco, que combina su trabajo como cardiólogo con la presidencia del recién creado A Coruña Convention Bureau. Pese a lo mal que lo pasó durante los días más duros de la pandemia, esta joven directora de hotel irradia optimismo y está convencida de que el futuro será bueno para el negocio y de que A Coruña explotará, de una vez por todas, todo su potencial como destino turístico. Sobre la colaboración de sus hoteles con el I Circuito de Golf TUR 43, Nuria Blanco destaca el interés de la iniciativa para que la España Verde cuente con un tipo de turismo de calidad que aporta muchos beneficios a quienes saben aprovecharlo.
-¿Cómo llegó usted a dirigir los hoteles de su familia en A Coruña?
-En mi familia somos tres hermanos. Mi hermano y yo, sobre todo yo, decidimos dedicarnos a la rama del turismo y mi hermana siguió la estela de mis padres y se dedicó a la medicina. Yo no lo tuve claro hasta la adolescencia, pero siempre me gustó muchísimo trabajar en los hoteles. Empecé en la recepción del Avenida, para irme curtiendo, a los 13 o 14 años. Aprendí mucho en esos años, tanto de mi padre como con los jefes del hotel. Poco a poco, gané madurez y, aunque me planteé lo de la medicina, resulta que soy muy sensible y me afecta mucho ver a la gente sufrir en los hospitales. Decidí, finalmente, dedicarme a la hostelería y estoy muy satisfecha. Además, al ser negocios tuyos, siempre se pone un énfasis especial en que la gente esté bien y quede contenta. Eso me encanta y, aunque no es la medicina, tiene su carga de responsabilidad. Yo, desde pequeña, ya estaba aquí en el hotel los domingos y, cuando era joven, aunque saliera, lo mismo. A eso hay que sumar que mi abuela, por la que yo siento verdadera adoración, sigue aquí de jefa de cocina. Creo que nos parecemos mucho y me gusta que se sienta orgullosa de mí. Es muy satisfactorio ayudar a que lo que ella construyó tenga continuidad.
-A toda esa vertiente vocacional y familiar hay que sumar su proceso formativo con prácticas en hoteles de prestigio.
-Estudié en el Centro Superior de Hostelería de Santiago y, todos los años, nos mandaban de prácticas en verano. En el primer año, estuve en el Hotel Condes de Barcelona, que tiene una terraza enorme al aire libre y que tenía un restaurante asesorado por Martín Berasategui. Ese fue mi primer contrato de prácticas y quedé muy contenta. La verdad es que tuve mucha suerte en todos los hoteles donde estuve y encajé muy bien en los equipos. En el segundo verano, me fui al Meliá Sarriá, que es el buque insignia de la cadena Meliá en Barcelona. Allí, en la recepción aprendí a gestionar quejas y a atender las colas, que eran inmensas. Al siguiente año, aunque inicialmente tenía pensado irme a Londres, me quedé en el Meliá María Pita de A Coruña, donde aprendí muchas cosas del que entonces era el director, Alfonso Lara. El Meliá de A Coruña es un hotel muy grande y con mucho volumen de eventos. Ahí fue donde hice mis primeras prácticas de dirección. El último año, hice prácticas de dirección, aunque más enfocadas a la dirección comercial, en el Hotel Majestic de Barcelona. Era el año del centenario del hotel y trabajamos muchísimo. Al acabar el período formativo de prácticas, me fui de jefa de calidad al Hotel Royal Hideaway de Tenerife, que era un cinco estrellas gran lujo. Salvo el Meliá de A Coruña, que es de cuatro, estuve siempre en hoteles de cinco estrellas, en parte, porque la exigencia era mayor. Ahí estuve un año, hasta que, justo dos meses antes de la pandemia, me llamaron mis padres para que asumiera la dirección de los hoteles Plaza y Avenida.
-¿Qué recuerdos guarda de los días de confinamiento?
-Pues, durante esos días, mis abuelos vivían en el hotel Avenida y yo en el Plaza, para cuidar las instalaciones. El año pasado fue un año complicado. Los meses de cierre, a nivel emocional y personal, fueron duros. Estar acostumbrado a tener un ritmo de trabajo constante y que, de repente, se frene todo en seco…
-Pero en ningún caso llegó usted a temer que fuera necesario poner fin al negocio para siempre.
-Cuando llegó la pandemia, se lanzaron unas líneas de créditos ICO, a las cuales nos acogimos por si la situación se prolongaba y para ir saneando las cuentas. Cuando volvimos a abrir, la verdad es que tuvimos muy buena aceptación por parte de los clientes porque, además, el Plaza, aquí en A Coruña, fue el primer hotel que se abrió, el 25 de mayo. Lo abrimos porque yo pensaba que, aunque tuviéramos sólo cinco o diez habitaciones, al estar los demás hoteles cerrados, cualquier persona que viniera a la ciudad por trabajo o por negocios vendría a nuestro hotel y nos conocerían. Aunque estuviéramos cinco personas trabajando, que éramos las que estábamos haciendo un poco de todo, íbamos recibiendo nuevos clientes y adaptándonos al ritmo de trabajo. Además, mentalmente, abrir y volver a trabajar sentó muy bien.
«La edad no es algo que me detenga»
-¿Cómo lleva lo de dirigir un hotel a una edad tan temprana?
-A mí el tema de la edad no es algo que me importe mucho. Obviamente, ver a una directora de hotel tan joven es algo que sorprende, pero si se lleva tantos años trabajando en esto como llevo yo, ya no resulta tan extraño. La gente suele empezar a trabajar a los 22 años y yo empecé a los 14. Lo llevo con mucha ilusión y, desde luego, la edad no es algo que me detenga. Sí es cierto que hay situaciones que exigen una cierta madurez. Yo, por ejemplo, lo pasé muy mal cuando fue todo el tema de los ERTE. De cara a fuera no se me notaba, pero estaba ahí. Esto, más que un trabajo, es un modo de vida. Muchos amigos me dicen que tengo que salir más, que hacer más viajes… pero son cosas que ya haré cuando tenga tiempo.
-¿Ha tenido que hacer muchos sacrificios por tener un puesto de tanta responsabilidad siendo todavía tan joven?
-Eso siempre está ahí, pero si lo que me llevo del trabajo me compensa mucho más, no hay problema. Además, tengo muchos amigos que vienen a verme al hotel. Al final de la temporada alta necesito unos días para desconectar porque ya llego muy cansada, pero la verdad es que, en el día a día, lo llevo muy bien. Lo más importante de un trabajo es que te guste y que te llene.
-¿Qué proyectos en marcha o en proceso para sus hoteles le ilusionan más?
-Este año vamos a reformar los salones del Hotel Plaza. En ese hotel apostamos mucho por la terraza del SkyBar y por la música en directo, pero hubo una parte de eventos que, por restricciones de aforos y de otro tipo, no se pudieron hacer con normalidad. Creo que ahora, en cuanto nos dejen abrir un poco más y se puedan hacer eventos sociales y corporativos, reformar los salones supondrá un gran atractivo. Reformaremos primero los del Plaza, porque es el que tiene mayor potencial en cuanto a eventos, aunque también tenemos pendiente reformar los del Avenida. Todo eso en lo referente a negocio interno, porque, obviamente, si se presenta alguna oportunidad de expansión interesante por aquí cerca de Galicia, se valoraría. Al final, el objetivo es siempre mantener lo que tenemos y crecer siempre de una manera medida.
«A veces no nos damos cuenta, pero A Coruña es una ciudad increíble»
-Mencionó usted el SkyBar del Hotel Plaza, que está siendo todo un éxito.
-Sobre todo en los primeros días de agosto, que hizo mal tiempo, como la terraza está cubierta y la gente joven que todavía estaba vacunada todavía no sabía muy bien a dónde ir, fue mucha gente. Me gustaría iniciar también un proyecto de terraza en el Avenida, pero dependemos de licencias y de otras cuestiones que hacen que no todo pueda ir tan rápido como quisiéramos. La haremos este año si nos dejan.
-Habló usted también de los eventos. Supongo que en eso le echará un cable su padre, José Blanco, que es ahora el presidente de A Coruña Convention Bureau.
-El Convention Bureau aporta mucho y es un verdadero impulso a la ciudad. Es un proyecto muy personal de mi padre, que veía que, desde lo público, no se estaba poniendo demasiado esfuerzo en la promoción de ese turismo y no se colaboraba de forma eficiente con lo privado. Ahora, hay una institución que nos ayudará mucho a atraer congresos y a hacer un seguimiento a todo lo que se está haciendo. Todo lo que se pueda aportar, tanto desde lo público como desde lo privado, bienvenido sea porque, al final, supone un beneficio para toda la ciudad. Yo creo que Galicia se va a poner muy de moda este año y, aún más, el que viene, porque va a seguir el Xacobeo y ya estaremos todos vacunados. Además, con todo el tema del cambio climático es menos apetecible irse al sur en verano. Ahora que menciono el cambio climático, quiero insistir en que a nosotros nos preocupa mucho el medio ambiente y, por eso, cuidamos de una manera especial todo lo relacionado con la sostenibilidad. Volviendo al Convention Bureau, creo que se va a orientar más a los congresos más grandes y nosotros no tenemos unos grandes salones de convención, por lo que nosotros nos enfocamos más a eventos más pequeños.
-Como representante del sector turístico coruñés, ¿qué le parece el relevo de Lanzada Calatayud por Moisés Jorge Naranjo al frente del Consorcio de Turismo de A Coruña?
-Fue un cambio en un momento un poco extraño, en plena temporada de verano. Quizás se podría haber esperado un poco más, pero como son decisiones a nivel político… Lanzada Calatayud venía del partido anterior, de la Marea Atlántica, y ya desde que cambió la situación y asumió el Gobierno local el PSOE se esperaba que hubiese un relevo. Finalmente, se mantuvo un tiempo, pero el cambio acabó por llegar. Lanzada Calatayud hizo muy buenas cosas para el turismo de la ciudad, aunque siempre haya algunas que se pueden mejorar.
“Si se ofrece un salario sobre convenio o mejor y unas condiciones buenas, se puede acceder a gente muy bien formada”
-¿Qué cree que debe explotar A Coruña para atraer más turistas?
-Creo que, quizás, en A Coruña la casa se empezó por el tejado, porque hay elementos muy básicos que se pueden mejorar muchísimo, como es el caso de la página web de Turismo de A Coruña, que necesita contenidos digitales que atraigan mucho más al viajero. Ahora, por ejemplo, si no tienes una página web que sea interactiva y compatible con los móviles orientas peor al turista que llega. Hay que hacer una promoción digital sencilla pero bonita. Por otra parte, y esto es una opinión personal, creo que los horarios de la oficina de Turismo están muy limitados, porque en turismo no trabajamos con horarios de oficina, ni los hoteles, ni los bares, ni los restaurantes… En esas cuestiones, la ciudad tiene mucho margen de mejora y es ahí donde lo privado puede ayudar a lo público. Al final, se trata de dar un mejor servicio al viajero porque, a nivel de infraestructuras, poco hay que cambiar. A veces no nos damos cuenta, pero A Coruña es una ciudad increíble.
-¿Qué opina acerca del debate generado después de que algunos hosteleros lamentaran lo difícil que les resulta encontrar empleados para sus negocios?
-Es un debate interesante. En Canarias, que vive del turismo, cuando estuve yo, noté que ya desde pequeños les enseñan a quienes son de allí a ser muy serviciales, a que ser botones de un hotel no es un mal trabajo, a que un empleo de camarero no es un empleo de segunda… Se les enseña que todos esos trabajos tienen importancia en la organización. Además de hacer entender que esos trabajos no son de segunda, hay que invertir en la formación para el servicio y la atención al cliente. En España se escucha mucho eso de si no vales para nada, vales para camarero. Si, desde la base educativa, ya se piensa que si no se encuentra nada siempre se puede ser camarero… Es que igual tú no vales para ser camarero. Ahí está el gran error. Lo mismo pasa con las camareras o limpiadoras, que suelen ser mujeres sin estudios universitarios pero que, en muchas organizaciones, están muy bien consideradas y son muy importantes. El problema es que, como dije, muchos de esos trabajos se consideran de segunda a nivel social y educacional. Yo, por ejemplo, si no tuviera camareras de piso no podría tener el hotel abierto. Hay que dar importancia a esos trabajos, con un salario bueno y acorde al esfuerzo que se hace.
-¿Hay empresarios del sector alojativo y de la hostelería que se aprovechan de la falta de trabajo para ofrecer unos sueldos bajos y unas pésimas condiciones laborales?
-Yo creo que sí, aunque no es una buena estrategia. Si se ofrece un salario sobre convenio o mejor y unas condiciones buenas, se puede acceder a gente muy bien formada. Quien quiera aplicar unos sueldos y unas condiciones malas sabe a lo que se expone. Hay que atacar ese tipo de comportamientos mediante inspecciones porque, además, con eso se hace competencia desleal. Hay que decir, no obstante, que el sector del turismo se ha profesionalizado mucho en los últimos tiempos, aunque se tiene que seguir mejorando.
«La experiencia de MasterChef fue muy bonita. Quedaron todos muy contentos y nosotros también»
-Recientemente estuvieron en uno de sus hoteles los concursantes y el jurado de la próxima edición de MasterChef Celebrity. ¿Qué tal la experiencia con ellos?
-Pues sí. Estuvieron en el Plaza. No voy a decir nombres concretos, porque no sé si ya se conoce quiénes son los participantes, pero sí puedo comentar, como anécdota, que una conocida tertuliana de televisión que participará tenía una mosca en la habitación y llamó histérica a la recepción para que fuera alguien a matar la mosca, porque ella no podía. Fue un momento gracioso y la experiencia de MasterChef fue muy bonita. Quedaron todos muy contentos y nosotros también.
-¿Qué supone para los hoteles Avenida y Plaza colaborar con una iniciativa como el I Circuito de Golf TUR 43?
-Me parece una iniciativa muy necesaria, porque el golf está muy explotado en zonas del sur que no tienen nuestros recursos naturales y nuestra agua y, sin embargo, en el norte eso faltaba. El turista de golf tiene un gran poder adquisitivo, sabe donde viaja y se centra mucho en los destinos. Ofertar un turismo de calidad para ese tipo de viajeros es algo muy enriquecedor.