23 abril, 2021
El surfista coruñés Óscar Vales, fundador de la marca Vazva, está convencido de que la España Verde tiene todo lo necesario para convertirse en un destino de referencia para quienes, como él, gustan de cabalgar las olas. Sin embargo, alerta del peligro de que los desperdicios que se acumulan en el mar y en los arenales acaben con los grandes atractivos medioambientales de la costa norte de España. Para concienciar acerca de ese problema, su firma puso en marcha un proyecto que, bajo el nombre de We Sustainability, incluye actuaciones de limpieza en las que ha podido encontrar todo tipo de objetos insólitos, desde neumáticos hasta respiradores. En su faceta como hostelero, por regentar una cafetería sostenible al lado de una de sus tiendas, está muy descontento con el trato que las autoridades han dispensado a bares y restaurantes. «Los han puteado, esa es la palabra», dice.
-¿Qué ventajas competitivas tiene la España Verde para convertirse en destino de referencia para la práctica del surf?
-Lo más importante es la constancia de olas, por la consistencia de las marejadas que entran en la costa. También está la longitud de la franja costera. En Galicia hay 1.600 kilómetros de costa y a esos hay que sumarles los otros mil que hay en las otras comunidades del norte. El clima no es malo porque, aunque no es como el de Australia, tampoco es como el de Islandia. También es importante mencionar que hay una gran variedad de arenales, de tipos de ola, de roca…
-¿En qué aspectos habría que mejorar para atraer a más surfistas?
-Hay que fomentar el turismo sostenible, no sólo a efectos de cuidar lo verde, sino también de sostenibilidad real. Se trata de que haya control para evitar que se produzca una masificación. Hay que optar por un turismo de calidad y ordenado frente a que esto se convierta en un Magaluf. Aquí hay unos espacios y unos límites y tiene que haber un control. Lo que debe haber es una cooperativa o asociación que regule los precios, que no haya gente dando clases en la clandestinidad…
«Hay que optar por un turismo de calidad y ordenado frente a que esto se convierta en un Magaluf»
-¿Qué puede aportar el surf como actividad tractora del turismo?
-Lo bueno que tiene es que uno puede venir quince días a surfear. Si uno viene a un partido de fútbol, juega o ve el partido y se va. Con el surf, se puede estar en la playa, se puede hacer una escapada a la montaña… Es un turismo que ofrece mucha diversidad. Los que lo practican, además, son gente que consume en las cafeterías, que compra en el supermercado, que consume en los chiringuitos de la playa, que realiza rutas si no hay olas… Hay mil opciones. Es un turismo familiar, entendiendo también como familia al grupo de amigos. Aunque es un deporte individual, se viaja mucho en grupo.
-Vazva puso en marcha We Sustainability, un interesante proyecto medioambiental que incluye actuaciones de limpieza de playas. ¿Están muy sucios y contaminados los arenales y las costas del norte de España?
-Tenemos que hacer autocrítica todos. Yo me incluyo. Llevamos veinte o treinta años magnificando los residuos. Lo que toca ahora es cambiar y dejar el low cost en el turismo, el low cost en el textil, el low cost en los envases… Tenemos que darnos cuenta de que no somos más ricos ni más felices con eso y de que los recursos naturales nos los estamos cargando. Eso ya está en boca de todos todos los días, así que, más que la crítica, lo que hay que hacer ahora es buscar la solución, que pasa por reducir y reciclar. Nosotros, a través de We Sustainability, una plataforma que es fruto de una simbiosis entre Vazva e Hijos de Rivera que lleva ya 11 años, es concienciar acerca de un problema que puede acabar con la raza humana. Lo hacemos a través de la acción. No es que limpiando las playas vayamos a resolver el problema, pero sí podemos concienciar a la gente y hacer ver que ese problema existe. No es charlatanería política, que es lo que se lleva ahora.
-La verdad es que en redes sociales hay fotos de lo que aparece en las playas que realmente llaman la atención.
-Las fotos forman parte de esa idea de concienciación. Además, las fotos son reales. Nosotros somos los que limpiamos. No compramos las fotos para publicarlas después.
-¿Cuáles son los objetos más raros que han encontrado en las playas?
-De todo. Neumáticos, bombonas, respiradores, gafas de bucear, chanclas, botas de fútbol, electrodomésticos… Desgraciadamente, uno encuentra de todo. La mierda, por mucho que la apartes, acaba apareciendo y estamos perdiendo nuestras costas. Es por eso por lo que la mejor manera de concienciar es la acción. Dar charlas es una maravilla para el ego, pero no es lo mismo.
«La mejor manera de concienciar es la acción. Dar charlas es una maravilla para el ego, pero no es lo mismo»
-¿Qué tal va en estos tiempos tan difíciles para la hostelería la cafetería sostenible que usted montó en A Coruña como espacio anexo a una de las tiendas de Vazva?
-Nosotros podemos hablar del tema con bastante conocimiento porque también nos dedicamos a eventos, que no ha habido. Con la hostelería se han pasado veinte pueblos. Es un sector al que han vapuleado. Lo han puteado, esa es la palabra. Cierra, abre o haz lo que quieras, pero no putees. Primero abren, luego cierran, luego te prometen una ayuda que se queda en nada o que no llega… Es una vergüenza. Yo estoy harto de la charlatanería política y voy a los hechos, a la realidad. Los políticos te pueden contar lo que les dé la gana, pero la realidad es la que es, que nos han puteado, que las ayudas no llegan y que hay mucha gente que ha tenido que cerrar. Además, se ha visto que con las medidas de seguridad, que cumplen la mayoría de los hosteleros, es mejor que la gente se junte en un bar que en casas. Y si, pese a todo, es un factor de riesgo, que cierren y ayuden, como con una persona que se va al paro. Nosotros acabamos de entrar, pero es que hay gente que lleva 40 o 50 años pagando impuestos, aportando trabajo y sosteniendo a una familia. ¿Cómo se les puede cerrar sin darles un duro? Yo es que estoy alucinado con ese tema.