1 marzo, 2020
Población: 35.522 habitantes
Superficie: 18,26 km²
Altitud: 471 metros sobre el nivel del mar
Ubicación: 42°41′00″N 2°56′00″O / Por carretera, a 83 kilómetros de Bilbao, a 135 kilómetros de San Sebastián, a 83 kilómetros de Burgos y a 322 kilómetros de Madrid.
Fiestas: Fiestas patronales de la Virgen de Altamira (12 de septiembre), Carnaval (variable entre febrero y marzo) y Fiestas de San Juan del Monte (fin de semana y lunes siguiente al domingo de Pentecostés, que este año será el 31 de mayo)
Día 24 de enero del año 2012. Buena parte de la España futbolera está pendiente de un partido que disputan un equipo de Segunda División B, la tercera categoría del fútbol nacional, y todo un Primera División. Fue en el descuento de este encuentro, en el minuto 92, cuando un gol de un desconocido central de apellido Caneda dejaba en la cuneta al Espanyol de Barcelona, metía en semifinales de la Copa del Rey al Mirandés y, de paso, colocaba en el mapa a una localidad burgalesa que, hasta ese momento, muchos ni siquiera conocían.
El Espanyol no era la primera víctima de superior categoría que había ejecutado aquel equipo. El Villarreral, que había disputado en aquella temporada la Liga de Campeones, y el Racing de Santander, que militaba por aquel entonces en la máxima división del fútbol patrio, pueden dar buena fé de la lucha y el buen hacer de un equipo que, con icónicos jugadores como Pablo Infante, que además de jugar al fútbol era empleado de una sucursal bancaria, se ganó las simpatías de todo un país y generó incluso reportajes en medios extranjeros.
Como los mejores milagros son los que se repiten, el estadio de Anduva volverá a acoger un partido de semifinales de la Copa del Rey y lo hará la próxima semana. El Mirandés, que ahora milita en Segunda División, tratará de hacer historia y remontar el adverso resultado que cosechó en la ida, cuando la Real Sociedad de San Sebastián le ganó por 2-1.
Con esta historia futbolística como pretexto, TUR 43 te lleva hoy a Miranda de Ebro, cruce de caminos e importante centro de la revolución industrial en España gracias al desarrollo del ferrocarril. Casas de la nobleza, antiguas iglesias, una rica gastronomía y rutas por la naturaleza están entre sus atractivos.
Con una población de poco más de 35.000 habitantes, Miranda de Ebro es, aún hoy, un importante centro industrial, con factorías dedicadas a campos como la química, la alimentación y la aeronáutica. El motivo de este desarrollo hay que buscarlo en su privilegiada ubicación geográfica (está a menos de 80 kilómetros de ciudades como Bilbao, Burgos, Logroño y Vitoria), que le sirvió para convertirse en un importante nudo de comunicaciones y a ser una de las primeras localidades españolas a las que llegó el ferrocarril.
Fue de la mano del tren como se produjo el despegue de la villa, concretamente después de la puesta en funcionamiento de las líneas Madrid-Irún y Tudela-Bilbao. Si visitas Miranda de Ebro, uno de los lugares que no debes perderte es su estación de tren, no solo por su interés desde el punto de vista histórico, sino también por ser un ejemplo excelente de lo que dio en llamarse la arquitectura del hierro.
Proyectada en el año 1862 por el afamado ingeniero inglés Charles Blacker Vignoles, cuyo talento se encuentra detrás de obras ubicadas en países tan distantes como Estados Unidos y Rusia, la estación mirandesa fue construida para servir como escala de la línea ferroviaria entre Tudela y Bilbao. Entre los elementos en los que el visitante debe fijar su mirada están las cubiertas de los andenes, construidas con hierro fundido en Inglaterra.
Uno de los elementos más icónicos de nuestro destino de hoy es el Puente de Carlos III, que une las dos márgenes del río Ebro del que toma su apellido. Junto con el ferrocarril, el cauce fluvial fue fundamental para favorecer el desarrollo industrial y económico de la localidad y el paso entre ambas orillas es un testimonio de ello.
Dicen los historiadores que Miranda ya contaba con un puente en el siglo XII, una estructura medieval que sufrió sucesivas modificaciones a lo largo de la historia. Todas las innovaciones y medidas de seguridad que se incorporaron a la estructura fueron insuficientes para evitar que una riada sucedida en junio de 1775 destrozara cinco de los siete arcos con los que contaba entonces.
Puente de Carlos IIIEl actual puente, que lleva el nombre de Carlos III, fue inaugurado en 1780, si bien ambas orillas ya estaban unidas por él desde 1777. Sus elementos más icónicos son los seis arcos que lo componen y dos leones, situados en el centro del paso, que están decorados con los escudos municipal y real.
Aunque Miranda de Ebro es, actualmente, una villa eminentemente industrial, no faltan en ella edificios de épocas anteriores a la revolución que trajeron el ferrocarril y las primeras industrias pesadas. Así, un paseo por el casco histórico sirve al visitante para descubrir casas de abolengo y edificaciones religiosas con elementos de valor artístico e histórico.
Algunas de las casas nobiliares o palacetes de Miranda, además del contar con un importante componente patrimonial, tienen una historia que contar. Este es el caso de las Casa de las Cadenas, construida en el siglo XVI y así llamada por las cadenas de hierro que penden sobre su acceso y que fueron un regalo de uno de los huéspedes más ilustres del inmueble, el Rey Fernando VII, que se alojó en él en 1828.
Las Casa de las Cadenas fue también escenario de sucesos luctuosos, como el asesinato del Segundo General del Ejército Liberal, Rafael Ceballos, durante una de las Guerras Carlistas. El suceso tuvo tal importancia histórica e impactó tanto en su época, que el general Espartero tomó la decisión de fusilar a todos los soldados de las tropas amotinadas que cometieron el crimen. La ejecución tuvo lugar en la propia localidad de Miranda de Ebro y constituye un episodio muy presente en la memoria colectiva del lugar.
Tampoco debes perderte, en un recorrido por esta villa burgalesa, la Casa de los Urbina, un edificio del siglo XVI que ejemplifica los cánones de las mansiones promovidas por los hidalgos mirandeses de su época. Convertida actualmente en casa parroquial, el inmueble tuvo como inquilinos ilustres al Rey Felipe IV, que durmió en sus dependencias en 1660, durante el viaje realizado para acompañar a su hija María Teresa a su boda con Luis XIV de Francia; y a la virreina de Portugal, Margarita de Saboya, que falleció en él, en 1655.
En cuanto a la arquitectura religiosa, cabe mencionar la Iglesia del Espíritu Santo, que data del siglo XIII y es el más antiguo de los templos de Miranda, y la Iglesia de Santa María, del siglo XVI y dedicada a la patrona de la ciudad.
El listado de edificios de interés de Miranda de Ebro no puede dejar de lado al Teatro Apolo, cuyos tonos rosados imitan al color de la piedra de Salamanca. Si tienes ocasión de visitarlo puedes jugar a identificar a los personajes del mundo del teatro y de la mitología a los que representan las figuras que lo decoran.
El Teatro Apolo
Río, montaña y un clima que propicia una gran diversidad de paisajes. Miranda de Ebro cuenta con un entorno ideal para los amantes de la naturaleza y del disfrute al aire libre. Valles, sierras y una tupida red fluvial con el propio Ebro y con multitud de arroyos y riachuelos convierten a la comarca en un lugar especial.
Uno de los ejemplos más curiosos de estas rutas es la ubicada en Monte Santiago. Este sendero recorre un paraje natural donde todavía pueden verse las llamadas loberas, fosos donde los ganaderos acorralaban a los lobos para darles caza. Esta ruta finaliza en el salto del Nervión, el salto de agua más alto de la península.
Cerca de Miranda de Ebro se encuentra también la llamada Metrópoli Verde, un espacio también conocido como El Nueva York de los Bosques y es que este paraje natural cuenta con sus propios barrios, calles y monumentos, como si de una ciudad se tratase.
Una fusión de las cocinas castellana, riojana y vasca basada en productos locales de primera calidad. Así definen los mirandeses a su gastronomía, que se ha visto enriquecida, en los últimos años, por la llegada de jóvenes cocineros formados en prestigiosas escuelas y restaurantes de todo el país.
El visitante puede encontrar cocina tradicional, nuevas propuestas culinarias y productos de temporada, muchos de los cuales cuentan con sus propias jornadas y certámenes. Mención exclusiva merecen los pinchos, que son muy del gusto local y que cuentan con su propia ruta, que se celebra todos los jueves.
Morcilla de BurgosEntre los productos que debes incluir en un menú mirandés están la morcilla, alimento totémico en toda la provincia de Burgos, así como los tomates, cultivados en las huertas de la villa y de sus alrededores. Como segundo plato, la mejor opción es optar por la carne, ya sea con el tradicional cordero asado o con carne de caza. Y como postre, el gosúa, elaborado a base de nata, crema y caramelo.
Miranda de Ebro cuenta con una variada oferta de establecimientos para disfrutar de la gastronomía. Locales como Carbón Restaurante, número uno de la localidad en TripAdvisor con un 83,7% de opiniones «excelentes» o «muy buenas», y Bocca Bar & Restaurante, número dos con un 82,7% de opiniones positivas, son solo dos ejemplos de lugares donde disfrutar de los mejores asados y de muchos otros platos.
Si alguien ha hecho famosa a Miranda de Ebro en los últimos tiempos ha sido el Club Deportivo Mirandés. El modesto equipo, que disputa sus partidos en el estadio de Anduva, un pequeño fortín con capacidad para 5.700 espectadores, repite este año como semifinalista de la Copa del Rey y recibirá en su feudo, el próximo miércoles (4 de marzo) a la Real Sociedad.
Será un partido especial y prácticamente toda España (hay que exceptuar, claro está, a los aficionados del equipo donostiarra) desea presenciar una gesta. La tarea es difícil, pues los jabatos (como se les llama a los aficionados y jugadores del equipo) deben remontar ante uno de los equipos más en forma de la Primera División. Los milagros, sin embargo, existen, al menos en el fútbol, y Anduva ya ha acreditado ser un escenario propicio para ellos.
El estadio de Anduva, durante un partidoLo que sí puede asegurarse es que el partido será una gran fiesta, tanto para los propios aficionados al fútbol como para los hosteleros de la localidad, que recibirán a un nutrido número de aficionados del equipo visitante que llegarán dispuestos a agotar las existencias de cerveza, vino y pinchos.
El club ya ha confirmado que las entradas para presenciar el choque in situ están agotadas y el Ayuntamiento, para que todos los vecinos puedan vivir este nuevo hito histórico, instalará una pantalla gigante en la confluencia de la calle La Estación con el parque Antonio Machado. Si el clima es adverso, la pantalla se ubicará en el Pabellón del Ebro.