6 agosto, 2020
Son muchas las noticias de turistas que han sufrido lesiones, o incluso la muerte, mientras tomaban fotografías, pero lo ocurrido recientemente en un museo ubicado en la localidad italiana de Possagno demuestra que los populares selfies también pueden entrañar peligro para las obras de arte.
Fue un turista de nacionalidad austriaca el que protagonizó el suceso, que terminó con la rotura de dos de los dedos de la estatua yacente de Paola Borghese, obra de Antonio Canova. El visitante, que ocasionó los daños al tratar de retratarse acostado junto a la escultura, actuó como si nada hubiera pasado y abandonó el lugar sin avisar a nadie.
La combinación de las grabaciones de las cámaras de seguridad con los datos facilitados en el registro, que debido al coronavirus es obligatorio para todo el que desee visitar el museo, permitió identificar al descuidado fotógrafo.
El autor de los hechos, al constatar la trascendencia internacional que había alcanzado la noticia sobre lo ocurrido, pidió disculpas con un mensaje en el que precisaba que, si se marchó del museo sin avisar, fue por desconocer el daño causado y no por eludir su responsabilidad.
«Fue un comportamiento irresponsable por mi parte y no conocía las consecuencias, por lo que seguí la visita al museo y toda la estancia en Italia con normalidad. Durante la visita, me senté en la estatua, pero sin darme cuenta del daño que, evidentemente, causé», declaró el turista.