25 octubre, 2021
Siempre aprovecho el parón en La Liga por los partidos de selecciones para hacer una escapada. Esta vez, elegí de nuevo uno de los países que más me atraen: Portugal. En concreto, me decidí por Porto, una ciudad a la que siempre había ido por trabajado pero nunca por placer.
Este destino es más que recomendable para quien desee una escapada cerca de España. Si te gusta conducir y quieres aligerar todo el protocolo de un vuelo, ya es una ventaja. Y lo mejor: es apta para cualquier bolsillo.
Lo que más me llama la atención, que es algo que comparten los vecinos de la ciudad, es lo mucho que ha cambiado con respecto a hace unos años. Porto ha dejado de ser esa ciudad que hace dos décadas podría rozar lo decadente para convertiste en una urbe mucho más moderna, cosmopolita y vanguardista, eso sí, sin perder su encanto de siempre y ese toque bohemio inconfundible.
Lo primero que quiero destacar es el hospedaje. Como ya he mencionado, es una ciudad que se puede disfrutar al precio que quieras marcarte. Puedes encontrar la opción de los Airbnb (la más económica, aunque habrá que estar atento ya que muchos de ellos aparecen como libres y luego están ya reservados). En el centro hay muchísimos, especialmente por la zona de Baixa. También hay hoteles más económicos y que están muy bien ubicados, como el Moov Hotel Porto en la Praça da Batalha y luego están los hoteles más exquisitos, por su excelencia y sus espectaculares vistas, como el Hotel Avantgarde (en mi caso es mi favorito por la tranquilidad y paz que también ofrece) o el ya conocido The Yeatman, considerado uno de los mejores hoteles de Portugal y posiblemente de Europa.
Porto es una ciudad donde es imposible aburrirse. Acogedora, viva, pero, a la vez, tranquila. Para los que comparan las dos grandes ciudades portuguesas, Porto es diferente a Lisboa. Tiene un aura distinta y, el hecho de ser más pequeña, hace que sea más fácil callejear y descubrir cualquier rincón en menos tiempo.
Creo que lo que uno no debe dejar de hacer en un viaje a Porto es pasear por Ribeira, disfrutar de sus numerosas terrazas a orillas del río, observar el Puente de Don Luis I, perderse por su casco antiguo, visitar los Jardines del Palacio de Cristal, la Capilla de Las Almas con sus característicos azulejos, visitar la Librería Lello e Irmão, tomar un café en el Café Majestic y hacer una escapada a Matosinhos para disfrutar del mar y la gastronomía.
Si por algo destaca también Porto es por la gastronomía y, por supuesto, por sus vinos. Obligado visitar alguna de las bodegas más famosas que encontramos al otro lado del río, en Vila Nova de Gaia: las Croft, Real Companhia Vella, Ramos Pinto, Cockburn’s, Offley, Taylor’s, Ferreira o Sandeman.
En Porto te tropiezas con cientos de restaurantes de comida local. El plato estrella es la famosa Francesinha, una especie de sándwich de tres pisos relleno de carne y embutidos, gratinados con queso al horno y bañados con una salsa de tomate y cerveza. Eso sí, no es apto para los que vigilan las calorías. También obligado es degustar sus pescados y, en concreto, el bacalao, con una gran variedad de recetas.
Uno de mis lugares favoritos es el Digby Restaurante, un espacio espectacular ubicado en el Hotel Avantgarde, donde podrás comer con unas vistas espectaculares sobre el río Duero. Un lugar elegante, ideal para ir en pareja y con unos precios que no son demasiado elevados. En la carta, que es muy variada, sobresalen el pollo madurado en cítricos y el solomillo. Además, como no podía ser de otra forma en esta ciudad, cuenta con una excelente selección de vinos.
Otro de los lugares impactantes si lo que buscas es una comida con vistas es el 17th Restaurante, un establecimiento con una vista panorámica de 360º. Por calidad, precio y vistas es otra de mis recomendaciones.
Al margen de estos lugares, la escapada a Matosinhos debe marcarse en rojo. Ahí, en concreto en Leça de Palmeria os hablaré de un lugar mágico, tanto por su calidad culinaria como por ser uno de los restaurantes más bonitos que he visto jamás: El Casa de Chá de Boa Nova. Se trata de un restaurante espectacular, con una arquitectura que ya es preciosa por sí misma y ubicado en medio de las rocas del Atlántico. Por si fuera poco, en él puedes disfrutar de los mejores atardeceres de Porto. Te dan a elegir tres menús distintos: uno con 6 platos, otro con 12 y el completo con 21. Todo el menú es de pescado y os puedo asegurar que es una delicia. Y no es para menos, tiene en su haber dos estrellas Michelin.
Como buena ciudad cosmopolita y llena de vida también ofrece muchas alternativas para disfrutar del ocio con amigos. Si lo que quieres es un lugar para tomar unos vinos o cualquier bebida, no hay nada como perderse por el Base Porto, junto a la Torre de los Clérigos. Es un lugar frecuentado por la población local en el que es difícil encontrar turistas. Te envolverás en un ambiente al aire libre, con música, zona ajardinada y en el que es obligado tumbarse sobre sus zonas verdes para disfrutar y tomar algo. Es un pequeño oasis dentro de Porto y la ocasión perfecta para disfrutar con su clásico Tawny Porto.
Pero si tienes la oportunidad de pasar varios días en Porto, te recomiendo una escapada a Aveiro, a 50 kilómetros. Ciudad pequeña y pintoresca, la llaman la Venecia portuguesa, por sus canales y góndolas. Puedes hacer parada para comer en sus típicos restaurantes o en su Mercado del Pescado. Imperdible también ver las Salinas de Aveiro para disfrutar de sus atardeceres. Y no me olvido de sus playas, a 10 minutos se puede disfrutar de Costa Nova y de sus icónicas casas de colores.
Así que si estás pensando en una escapada de unos días, no dudes en decidirte por Porto, porque nunca defrauda.
Obrigada Porto! Até já!