22 mayo, 2020
La Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA) ha mostrado su apoyo a la utilización de herramientas fiables y eficientes para detectar posibles clasos de Covid-19 entre los clientes o la puesta en marcha de pasaportes de inmunidad. Esta es una de las medidas que contempla IATA que, además, ha dado su visto bueno a las directrices de la Agencia Europea de Seguridad Aérea (AESA) Y el Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC).
«Las directrices solo serán efectivas si todos los estados europeos ofrecen una implementación armonizada y se reconocen mutuamente los esfuerzos de los demás», indica la IATA, «no hacerlo dañaría la confianza del público en el sistema de aviación, con consecuencias negativas para la economía y el empleo».
Mantener el distanciamiento físico en el aeoropuerto es fundamental a la hora de evitar el contagio por Covid-19. Esta medida tendrá que aplicarse en todo el proceso que siguen los clientes antes de viajar, por lo que los procedimientos deben optimizarse al máximo para evitar las colas.
Las recomendaciones de la EASA también incluyen el uso de mascarilla en todo momento, tanto en el aeropuerto como a bordo del avión, y la provisión de equipos de protección apropiados para el personal.
En cuanto a la limpieza, se recomiendan procedimientos mejorados, tanto en el aeropuerto como en la aeronave, especialmente para aquellas superficies que se tocan con frecuencia.
Además, las aerolíneas tienen el deber de garantizar, en la medida de lo posible, el distanciamiento entre pasajeros. Eso sí, podrán sentarse al lado las personas que viajan juntas y los miembros de la familia.
La aerolínea Iberia se ha sumado a las recomendaciones de la EASA en materia de seguridad. Precisamente, una de las recomendaciones de la entidad es que se procure el distanciamiento físico entre los pasajeros siempre que sea posible, por lo que no obliga a dejar un asiento de separación entre viajeros. Esta misma semana, Bruselas recordaba la recomendación de mantener distancias, pero no la obligación de limitar el número de pasajeros, por lo que daba la razón a Iberia Express que, tras la polémica que se produjo el pasado 10 de mayo en avión que conectaba Madrid y Gran Canaria.