15 octubre, 2020
Ryanair reducirá su programación para el próximo invierno entre un 60% y un 40% con respecto al pasado año, algo que, según avanza la propia compañía low cost, se traducirá en «importantes recortes» en sus bases de países como España y, con ello, en la pérdida de puestos de trabajo.
La aerolínea incluye a España en una lista de la que también forman parte Bélgica, Alemania, Portugal y Austria. Ryanair, además de los recortes en esos países, anuncia el cierre temporal de sus bases en Cork y Shannon (Irlanda) y Toulouse (Francia).
Con la reducción de la operatividad en invierno y con la ocupación limitada al 70%, Ryanair espera que el tráfico caiga este año en 38 millones de pasajeros, una previsión que, tal y como informa la propia aerolínea, «podría ser modificada a la baja si algunos gobiernos de la Unión Europea continúan gestionando mal los servicios aéreos e imponen más restricciones».
La mala gestión de la pandemia por parte de los gobiernos es una de las principales causas que Ryanair esgrime para justificar los recortes. «Aunque lamentamos profundamente estos recortes en la programación de invierno, nos hemos visto obligados a llevarlos a cabo por la mala gestión gubernamental de los servicios aéreos. Seguimos centrándonos en mantener un calendario tan amplio como sea posible para mantener nuestros aviones, la actual tripulación de cabina y los empleados, minimizando la pérdida de puestos de trabajo», declara el CEO del Grupo Ryanair, Michael O’Leary.
«Es inevitable, dada la escala de estos recortes, que este invierno implementemos más políticas de vacaciones no remuneradas y jornadas compartidas en aquellas bases en las que hemos acordado una reducción de la jornada laboral. Lamentablemente, habrá más despidos de tripulación de cabina en las pequeñas bases, donde todavía no hemos alcanzado un acuerdo». Así se refiere el CEO de Ryanair a las repercusiones que las limitaciones de ocupación en los aviones y la reducción de la operatividad tendrán sobre los trabajadores de la compañía.
O´Leary, pese a calificar como inevitables esos recortes, muestra su convencimiento en que la situación se recuperará cuando acabe la pandemia, un momento para el que, según afirma, la aerolínea se está preparando. «Seguimos gestionando activamente nuestra base de costes para estar preparados cuando llegue el inevitable rebrote y recuperación de los vuelos en Europa», manifiesta.