9 septiembre, 2020
El Banco de España ha pedido cambios estructurales en el sector turístico a través del refuerzo de la digitalización, del capital humano y de la sostenibilidad de los destinos turísticos. El objetivo, según indica en un informe publicado este miércoles, es mejorar la experiencia turística de los destinos, «en particular del litoral, a través de una oferta más diferenciada y menos congestionada», ofreciendo unos servicios de mayor calidad.
Según el Banco de España, estas mejoras permitirían consolidar el turismo extranjero hacia mercados como Estados Unidos, China y los países nórdicos y hacia segmentos como el turismo urbano y de negocios.
«Según los escenarios más recientes de la Organización Mundial del Turismo, es poco factible que los flujos globales de turismo alcancen los niveles previos a la crisis sanitaria antes de 2022», indica en su informe, por lo que las políticas económicas que se adopten para este sector deben combinar elementos que mitiguen la «acusada pérdida de rentas a corto plazo con estímulos que faciliten los cambios estructurales».
Las exportaciones de servicios turísticos supusieron en 2018 el 5,6% del PIB y el 16% del total de exportaciones de bienes y servicios, «porcentajes muy superiores a los que se observan en las principales economías», excepto Portugal y Grecia. Esto significa que la economía española es particularmente sensible a la evolución de este sector.
El estudio elaborado por el Banco de España tiene en cuenta las dinámicas del turismo extranjero que, tras el colapso provocado por la pandemia de la Covid-19 en el segundo semestre, registró un incremento en los meses de junio y julio.
Sin embargo, indica el Banco de España, «a medida que avanzó el verano, la trayectoria se vio truncada por el empeoramiento de la crisis sanitaria, que trajo consigo limitaciones de los principales mercados emisores». Destaca especialmente la cuarentena impuesta desde el 26 de julio por Reino Unido a todos los viajeros procedentes de España o la obligación de Alemania de realizarse un test a la llegada y guardar una cuarentena hasta, al menos, conocer los resultados.