REDACCIÓN /
«Bilbao es una ciudad de contrastes. Una ciudad llena de colores y de experiencias que te sorprenden. Es un lugar especial donde, después de recorrer sus 7 calles puedes pararte a disfrutar del sabor de sus pintxos. (…) A partir de ahora, moverte por tu ciudad será más fácil, porque estaremos aquí cuando nos necesites.» Con este mensaje la compañía estadounidense Uber anunciaba el pasado 30 de octubre su irrupción en el País Vasco. Ante esta situación, el Gobierno decidió reunir, una vez más al sector de los taxis y al de los vehículos VTC con el objetivo de establecer algunas medidas, como la de exigir un intervalo de al menos 30 minutos entre la solicitud del servicio y la recogida del cliente.
La nueva normativa entrará en vigor, previsiblemente, antes de fin de año y otra de las medidas pasa porque los VTC no puedan recoger clientes que no hayan solicitado previamente el servicio. Además, actualmente este tipo de vehículos tienen que circular con dos distintivos, uno en la luna delantera y otro en la trasera, para cumplir la orden de la consejera de Desarrollo Económico e Infraestructuras que se publica hoy en el BOPV.
Las soluciones que el Gobierno vasco ha puesto sobre la mesa son similares a las que ya se han tomado en otras comunidades, como Cataluña, un mercado que se vieron obligadas a abandonar tanto Uber como Cabify.