31 diciembre, 2018
Nueva huelga a la vista en Ryanair. La paz social alcanzada entre la aerolínea y sus pilotos no se traslada a sus tripulantes de cabina (TCP). El personal de este tipo de la aerolínea está llamado a secundar los paros convocados por los sindicatos USO y Sitcpla para los próximos días 8, 10 y 13 de enero (viernes, domingo y miércoles).
La huelga de Ryanair en enero se producirá tras finalizar sin acuerdo la última cumbre entre empresa y sindicatos ante el Servicio Interconfederal de Mediación y Arbitraje (SIMA). El principal motivo de discusión es la situación de su personal subcontratado. Se calcula que la aerolínea low cost recurre a cerca de 1.800 trabajadores a través de las agencias Workforce y Crewlink.
Dirección de empresa y sindicatos siguen sin alcanzar un acuerdo ni sobre cómo llevar a cabo este proceso ni sobre cuáles deben ser los plazos. Los planes de Ryanair pasarían por crear una única Empresa de Trabajo Temporal (ETT) que sirviese como etapa previa a la incorporación a la compañía. Para ello propone que pueda tener en sus filas a tripulantes de cabina por un periodo de hasta cuatro años y que estos, una vez se integren en la aerolínea, no cuenten con derechos por antigüedad.
Estos planes contrastan con los de los sindicatos. Estos proponen el cierre inmediato de Workforce y Crewlink y que los trabajadores de cabina pasen a depender directamente de Ryanair reconociéndoseles los pluses por antigüedad.
La huelga de Ryanair en enero será el último episodio (hasta ahora) del conflicto abierto entre Ryanair y sus tripulantes de cabina. Este alcanzó su mayor nivel el pasado verano. Las huelgas convocadas en toda Europa en los meses de julio, agosto y septiembre obligaron a cancelar más de 500 vuelos en España, que dejaron en tierra a unos 50.000 pasajeros.
La brecha, lejos de cerrarse -como sí logro con los pilotos al ofrecer la conversión de sus contratos a la legislación española-, amenaza con hacerse más patente en los próximos meses. Y es que USO y Sitcpla avanzan la posibilidad de convocar nuevas movilizaciones en el futuro en el caso de que siga sin alcanzarse un acuerdo.