22 julio, 2019
«Cambiar la playa por la montaña o las grandes ciudades por pueblos pequeños, huyendo de las masificaciones, es una tendencia que cada vez está más presente en nuestras salidas». Según el portal de escapadas temáticas Weekendesk, la demanda de vacaciones wellness ha aumentado un 69% con respecto al 2018. Uno de los destinos que está ganando más adeptos es Huesca y sus principales atractivos son el Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido. Allí también se encuentran tres de los pueblos ‘más bonitos de España’: Ansó, Alquézar y Aínsa.
El estudio también sitúa a Cantabria entre los principales destinos del ranking, con lugares como los Picos de Europa y sus pequeños pueblos con encanto propio: Comillas o Santillana del Mar. En esta Comunidad Autónoma también hay que destacar el auge de La Hermida, una localidad de menos de 100 habitantes cuyo balneario ha experimentado un incremento de un 72% en la facturación con respecto al 2018.
En Asturias se encuentra el santuario de Covadonga, otro lugar predilecto para los turistas wellness, mientras que Teruel, repleto de arte mudéjar y de actividades en la montaña, se sitúa como una de las ciudades favoritas para quienes huyen de la masificación.
En cuanto al perfil del turista, los datos de Weekendesk acreditan que el 87 % viaja en pareja y busca actividades de aventura y deportivas, como el rafting, las rutas en bicicleta o el trekking.
Otro dato que demuestra que la tendencia de escapar de las aglomeraciones en verano es cada vez más común es que los pueblos con pocos habitantes (menos de 3.400) han duplicado sus reservas con respecto al año pasado. Este es el caso de Ariño y Jaraba, ambos situados en Aragón, cuyos balnearios son el atractivo principal para recibir cada año a más turistas en busca de bienestar y relax.
En palabras de la directora adjunta de Weekendesk, Brigitte Hidalgo: “En España hay 5.002 municipios con menos de 1.000; lo que significa más de 5.000 oportunidades para viajar y conocer nuevos destinos».