25 septiembre, 2019
MARÍA EIMIL /
La quiebra de Thomas Cook hizo saltar todas las alarmas en España, en especial en Canarias, el territorio más afectado, ya que recibe aproximadamente a un 60% de los 7 millones de turistas que visitan cada año el país de la mano del gigante británico.
Salvar la conectividad aérea, tanto en Canarias como en Baleares, es ahora una de las principales preocupaciones del Gobierno, que trabaja para que se pierda el menor número de viajeros posible. Según anunció la ministra de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto, el Ejecutivo está en contacto con los Gobiernos sueco y alemán para evitar la quiebra de las filiales del turoperador. Maroto también se reunió con las cinco comunidades autónomas más afectadas y con representantes del Ministerio de Fomento y del gestor aeroportuario Aena. También en las últimas horas se celebró un encuentro entre la secretaria de Estado, Isabel Oliver, y el embajador británico en España, Hugh Elliot.
Además de la posible pérdida de estas compañías y de la conectividad aérea el segundo turoperador global, y el más antiguo del mundo, tenía prevista una inversión de 40 millones de euros para reformas y para la apertura de hoteles de su marca.
Algunas de las grandes cadenas hoteleras españolas han lanzado un mensaje para tranquilizar a aquellos clientes alojados en sus establecimientos y que reservaron su estancia a través de Thomas Cook. A través de un comunicado, el Grupo Meliá señaló que garantiza a estos huéspedes «que sus estancias podrán finalizar en las condiciones contratadas» y aseguró a los operadores que reservaron vuelos de este grupo y el alojamiento en sus hoteles, que no se les cargarán los importes generados.
También el Grupo Iberostar indicó, a través de un comunicado, que ha puesto en marcha «un plan de acción» para garantizar las vacaciones de los clientes de Thomas Cook alojados en sus hoteles y su repatriación «de forma ordenada y responsable».