29 agosto, 2019
MARÍA EIMIL /
«Una pregunta recurrente es si en el destino al que viajan se come bien», señala el director general de Atlántida Travel, Francesc Escánez. La gastronomía, unida a una buena oferta cultural, convierten al País Vasco en una de las comunidades preferidas por los turistas de lujo.
Tras más de 20 años de experiencia en el sector, Escánez da las claves para conquistar a estos viajeros y explica algunas de las tendencias del mercado a nivel mundial, como el turismo pop-up: «Hay gente multimillonaria que pide que se le construya un hotel en lugares donde nunca ha estado nadie».
-¿Cómo es el perfil de un turista de lujo?
-Es bastante variado, hace años era la jet set, pero ahora, el turismo de lujo está mucho más normalizado. Hay muchísima gente que guarda una cantidad de dinero para hacer un buen viaje o que prefiere cinco días en un hotel de cinco estrellas, antes que 15 en uno de cuatro estrellas. A veces, vale la pena pagar un poco más.
-¿Qué servicios solicita un turista de lujo?
-Este tipo de viajes incluyen los traslados del aeropuerto al hotel, la estancia en una buena habitación o visitas privadas, por ejemplo, a un restaurante. Es el turismo que menos se ha resentido con la crisis, aunque sí hemos notado que ahora se mira un poquito más el precio y hay que justificar más, por ejemplo, los 1.000 euros de suplemento que se puedan cobrar por una habitación mejor, por viajar en business o por alquilar un coche privado de gama alta, como un Mercedes. Los turistas de lujo son más conscientes y mucho más prudentes.
Es el turismo que menos se ha resentido con la crisis, aunque sí hemos notado que ahora se mira un poquito más el precio
-¿Qué viajes son los más demandados en su agencia y cuánto suelen invertir?
-El promedio que tenemos está entre 5.000 o 6.000 euros por persona para una estancia de entre 12 y 15 días, pero depende si viajan en clase turista o business. También tenemos clientes que viajan en aviones privados. Lo que más vendemos son viajes de novios y suelen ser bastante espléndidos, porque para ellos es importante. También hay una tendencia que llega de Estados Unidos y son los viajes multigeneracionales, en los que se reúne toda la famila y lo pagan los abuelos, ¡y estamos hablando de entre 12 y 20 personas! Están funcionando muy bien porque la sociedad no permite que los abuelos puedan tener un contacto con los nietos, muchos de ellos no pueden verles y les resulta difícil poder disfrutar de ellos. Suele ser un viaje cómodo, agradable y supone una inversión tremenda, pero ellos están dispuestos a hacerla.
Los viajes intergeneracionales están funcionando muy bien porque la sociedad no permite que los abuelos puedan tener un contacto con los nietos
–El turista de lujo, el de la jet set, ¿En qué época de año prefiere viajar?
-El viajero de lujo prefiere evitar un poco el verano y pasar esos meses, normalmente, en su casa de la playa. Septiembre, octubre son mejores para ellos y cuando hacen un viaje al hemisferio sur, la mejor época siempre es octubre o noviembre.
-¿Qué destinos españoles son los más visitados por los turistas de lujo?
-En España llama bastante la Costa del Sol, para la gente a la que le gusta el sol y la playa, Canarias también funciona bastante bien y Baleares se está poniendo mucho las pilas. También hacen muchas escapadas pequeñas y el País Vasco es un destino muy bueno por el tema gastronómico, es un factor muy importante para ellos, sobre todo para los españoles y para los suecos. Una de las preguntas más recurrentes es si en el destino al que viajan se come bien. Para los que quieren jugar al golf, Madrid es un destino ideal. En Galicia también se están abriendo muchos hoteles boutique y tienen su cierto encanto, es un destino en el que pueden pasar unos días en julio y agosto con la familia y ha mejorado la calidad turística, antes los hoteles eran bastante ‘flojillos’.
Una de las preguntas más recurrentes es si en el destino al que viajan se come bien
-¿Cuáles son sus preferencias?
-El turismo de compras y la cultura, la playa les importa poco. Se nota mucho en las calles donde hay tiendas de lujo, el 70 u 80% son viajeros asiáticos, de Rusia también hay bastantes. El turista español tiene otras preferencias, aunque tenga mucho dinero y pueda comprarse una isla entera, no gasta tanto en viajes. Otros turistas pueden invertir 20.000 euros, los españoles no vienen a partir de 3.000 o 4.000 euros, les duele mucho. A un inglés, un japonés o un ruso les atrae, y si lo tienen, ¡pues ya está! El español es más prudente y según en qué cantidades lo considera escandaloso, un despilfarro, menos en comida o vino, aunque dure media hora. A diferencia del sueco o el alemán, no gasta tanto en una noche, exceptuando celebrities, jugadores de fútbol o gente muy puntual.
«El español es más prudente y según en qué cantidades lo considera escandaloso, un despilfarro, menos en comida o vino, aunque dure media hora»
-Los más exclusivos, ¿qué buscan? ¿Hay alguna tendencia nueva en este segmento del turismo?
-Hay una tendencia que está muy de moda en el resto del mundo, es el turismo pop-up. Hay gente multimillonaria que pide que se le construya un hotel en lugares donde nunca ha estado nadie. Esto ocurre, por citar un ejemplo, en Salar de Uyuni, en Bolivia, allí por la noche ves todas las estrellas. Es un turismo al que tiene acceso muy poca gente, ya que pasar cuatro o cinco días en ese lugar tan maravilloso cuesta entre 80.000 y 100.000 euros. Allí no hay nada, así que se les construye un iglú o una casa y se contrata a un cocinero. Hay americanos e ingleses dispuestos a gastarse ese dinero.
-¿Atrae el enoturismo al turista de lujo?
-El enoturismo empieza a tener cierto tirón, el País Vasco y La Rioja se llevan la palma y la Ribera del Duero también tira mucho, cada vez vemos más grupos que quieren pasar un fin de semana gastronómico. En España, hay hoteles que se han especializado en este ámbito, el enológico, pero Francia nos lleva unos cuantos años de ventaja. Por ejemplo, hay un castillo en Burdeos que está muy bien y si se alquila para un grupo grande, sale poquito más que ir a un hotel. Es como si estuvieras en una casa privada grande. Esto en España es más difícil, pero es una manera de juntar a 10, 12 o 14 personas.
«El enoturismo empieza a tener cierto tirón, el País Vasco y La Rioja se llevan la palma y la Ribera del Duero también tira mucho»
-¿Qué requisitos son importantes para un turista de lujo?
-El alojamiento es importante, les mueve mucho que estén las grandes cadenas internacionales, les da garantías. Un japonés busca un Mandarin, un estadounidense quiere un Marriott o un Hilton… si no hay estos hoteles no les gusta tanto. También es esencial el servicio, y como nosotros estamos acostumbrados a que vengan, no lo estamos cuidando tanto como otros destinos como Portugal o Grecia. Tenemos que poner más esmero en este punto. Además, otro tema importante es la seguridad.
«Es esencial el servicio, y como nosotros estamos acostumbrados a que vengan, no lo estamos cuidando tanto como otros destinos como Portugal o Grecia»
-Con respecto a la seguridad, ¿se está notando en el turismo de lujo en Barcelona?
-Los políticos se llenan la boca, pero en Barcelona sí se está notando mucho. La seguridad debe estar 100% garantizada, el turismo de lujo tenemos que cuidarlo entre todos. La justicia tiene que actuar más contundentemente, hay que cambiar las leyes, y no es aceptable que haya casos de personas que tienen en su haber más de 20 robos, y que tal como entran en comisaría por una puerta, al cabo de un rato salen por otra puerta. Esto hace que los delincuentes estén tranquilos porque “ no pasa nada”, y eso también es muy negativo para el turismo y la sociedad en general.
«La justicia tiene que actuar más contundentemente, hay que cambiar las leyes, y no es aceptable que haya casos de personas que tienen en su haber más de 20 robos»
-¿Hay algún aspecto más que dificulte que el turista de lujo elija España?
-A nivel del turista que viene de Corea del Sur, China, el sudeste asiático, tenemos el problema de que el visado es un poco más complicado, hay que hacer mucho papeleo. El mercado japonés sí que está funcionando en España, pero se ha reducido un poco el número personas que llegan de los países nórdicos. Además, hay otros que están haciendo las cosas muy bien, como Alemania, Turquía y Grecia. Lo mismo ocurre en Croacia, allí se alquilan yates para pasar unos días y es interesante para este tipo de turistas.
-¿En España hay algún lugar en el que pueda ser factible hacer algo así?
–Podría ser en Doñana o en Los Monegros, pero con el tema de los permisos aquí es todo muy complicado. Si lo diesen, imagino que se podrían instalar dos o tres casitas para pasar tres o cuatro noches allí. En otros países puedes montar algo en 24 o 48 horas, pero aquí la burocracia es mucho más lenta. Esto también perjudica a los inversores en restauración u hotelería. Hay muchos empresarios extranjeros a los que les gusta España y es una pena que teniendo el país que tenemos, no tengamos facilidades para generar más ingresos. En Zimbawe, Birmania y Camboya sí están dispuestos a recibir al turista.