6 mayo, 2020
Llegan los primeros experimentos para blindar las playas frente al coronavirus. En la jornada de hoy han trascendido los que pondrán en marcha los ayuntamientos de Sanxenxo (Pontevedra) y de Lloret de Mar (Girona). La playa de Silgar, en el municipio gallego, estará divida en sectores, cada uno de ellos delimitado por estacas de madera. En el caso de la localidad catalana, lo que se pondrá en práctica es una segregación por edades que separe a ancianos, menores y adultos sin niños.
La división en parcelas de la playa de Sanxenxo consistirá en la creación de de 780 cuadrículas de 3×3 metros y que se distribuirán entre 5 sectores. Cada uno de esos sectores contará con personal que, con un proceder similar al de los antiguos acomodadores de los cines, guiarán a los bañistas hacia el lugar que les corresponda.
Cada uno de los sectores, según informa el Ayuntamiento de Sanxenxo, estará identificado con un color diferente. Cada cuadrícula podrá ampliarse en función del número de personas con las que cuente el grupo: una cuadrícula para dos personas, dos para cinco, tres para ocho y cuatro para 12. Una vez realizada la fragmentación, la playa de Silgar tendrá una ocupación de entre 1.560 y 2.340 personas, entre el 50% y el 75% de su aforo.
«Trabajamos para que las personas se sientan tan bien atendidas como en sus casas», expuso el alcalde de Sanxenxo, Telmo Martín, acerca de la iniciativa puesta en marcha por el Gobierno local que encabeza para garantizar la seguridad del arenal de cara al verano.
El plan del Ayuntamiento de Lloret de Mar para ofrecer seguridad en las playas a sus vecinos y turistas tiene como elemento central la idea de que es recomendable mantener separados a los ancianos de los niños y, a ambos, de los adultos que comparten el ocio con amigos.
Las playas del municipio catalán se dividirán en tres zonas: una para los mayores, otra para las familias con menores de edad y otra para los adultos sin hijos. Cada zona, además de estar perfectamente delimitada, contará con unos servicios adaptados a las personas que la ocuparán.
Los mayores, por ejemplo, dispondrán de una doble pasarela que facilitará su movilidad, así como de un servicio de baño asistido que deberá reservarse previamente. En la zona de los niños se prestará especial atención al mantenimiento de la distancia física, algo de lo que se encargarán equipos de vigilancia. Ni ancianos ni menores podrán acceder a la zona de adultos.