29 abril, 2020
“Con este cuadro es prácticamente imposible que reabramos los negocios sin destrucción del tejido empresarial». Son las palabras de decepción de Jorge Marichal, presidente de la Confederación Española de Hoteles y Alojamientos turísticos, tras analizar, durante un pleno extraordinario, el plan de desescalada diseñado por el Ejecutivo. «Hasta que no tengamos autorizada una movilidad razonable no se puede pensar que, por muchas fases que le demos a esa desescalada, el plan vaya a funcionar”, explica Marichal.
«Pedro Sánchez, no da respuestas al primer sector del país, que aporta al PIB nacional un 14%, más de 120.000 millones de euros anuales: el turismo y la hostelería», insisten desde la CEHAT. Y es que el llamado Plan para la transición hacia una nueva normalidad se ha aprobado sin contar con medidas previas, como el protocolo único nacional, validado por Europa y otras demandas de los hoteleros, comom la ampliación a seis meses del periodo de vigencia de los ERTE por fuerza mayor, la realización de test masivos a plantillas, clientes y proveedores o el apoyo de la Administración mediante una nueva legislación financiera que contribuya a la continuidad de las empresas y del empleo que generan.
Marichal subraya que los alojamientos turísticos a los que representa la CEHAT no tienen «ni para empezar con este plan» e insiste en la importancia de que se apruebe un protocolo único para el sector y que sea validado por Europa. Este plan ya lo está diseñando el Instituto de Calidad Turística de España (ICTE) en colaboración con CEHAT, el Instituto Tecnológico Hotelero (ITH) y la Secretaría de Estado de Turismo y estará listo el próximo 8 de mayo, aunque después debe ser aprobado por el Ministerio de Sanidad.
El presidente de la CEHAT también insiste en que la restricción a la movilidad por provincias no contribuye a esa “nueva normalidad” de la que habla el Gobierno y entiende que si no hay libre circulación, no sirven de nada protocolos de actuación y aforos al 30%. «Por seguridad, simplemente, no podremos abrir».
A pesar de esta situación, los hoteleros «no se resignan a tirar la toalla y seguirán trabajando para salvar el turismo en el país».