18 enero, 2018
España tiene una posición privilegiada en el contexto mundial: somos la segunda potencia europea en número de pasajeros de crucero, y varios puertos españoles lideran los ránquines europeos e incluso se encuentran entre los primeros 50 puertos del mundo: Barcelona, Islas Baleares y Canarias, Málaga, Valencia, Cádiz, Cartagena y Vigo. En los últimos 25 años, el volumen de pasajeros de cruceros se multiplicado por 18.
Pero según los expertos, hay potencial de crecimiento vinculados a desestacionalización, diversificación de destinos, potenciación de nuestros puertos como de embarque/desembarque, unidos a al abaratamiento del transporte aéreo y marítimo, han permitido que los cruceros sean accesibles a un amplio segmento de la población, con precios muy competitivos.
Según las previsiones de las Autoridades Portuarias, el tráfico de cruceros seguirá creciendo en los próximos años a un ritmo entre el 1,5-3%. Se pueden superar los 9,5 millones de cruceristas en 2020
Esta situación se puede hacer extensiva al tráfico de líneas regulares: en 2017 la cifra total de pasajeros sumó 24,7 millones, con un incremento del 4%. Aunque el grueso de estas líneas se concentran en las comunicaciones entre la Península y el norte de África y las conexiones interinsulares, cada vez están ganando mayor protagonismo las rutas que unen España con Italia y Reino Unido, o la recientemente anunciada entre el puerto de Santander y el irlandés de Cork.
En cuanto al volumen de negocio generado en España supera los 1.255 millones de euros, da empleo (directo, indirecto e inducido) a más de 26.400 personas y representa un 10,9% del PIB del sector turístico nacional. Además da lugar a la promoción de otras zonas del país, incluyendo el turismo interior mediante excursiones para los cruceristas.
Puertos del Estado ha reducido los costes portuarios por utilización de infraestructuras y ha rebajado las cuantías básicas de las tasas portuarias de utilización en un 5% y de un 8,5% en las tasas de ocupación, aumentando al tiempo los plazos concesionales hasta un máximo de 50 años para incentivar la inversión privada.
Se han rebajado un 50% las tasas para favorecer la reducción de emisiones tanto para los buques propulsados con gas natural licuado como para los que se conectan a la electricidad en el puerto.