3 enero, 2020
PABLO LÓPEZ /
El sector de las autocaravanas batió su récord en España por segundo año consecutivo, con un total de 8.903 matriculaciones y un incremento del 19,2% con respecto a 2018, según la información facilitada por la Asociación Española de la Industria y Comercio del Caravaning (Aseicar). El dato, que arroja una media de 25 matriculaciones diarias, supone la sexta subida consecutiva desde el año 2013, el peor para el sector debido a la crisis económica.
Los buenos registros para las autocaravanas están acompañados por unas cifras también muy positivas en cuanto a la comercialización de furgonetas cámper, con 180 ventas mensuales, y de caravanas, con 2.399 matriculaciones durante el pasado año.
En total, el parque móvil del caravaning en España pasó, en tan solo un año, de 250.000 a más de 300.000 vehículos (230.000 caravanas, 60.000 autocaravanas y 10.000 campers). España es, además, el país donde más crece proporcionalmente este sector, así como el tipo de ocio vacacional en contacto con la naturaleza unido a él.
«Estos datos son extraordinarios y demuestran que, por fin, el caravaning ha llegado a España para quedarse. Como vemos, las matriculaciones de autocaravanas y campers siguen creciendo considerablemente. Estamos ampliando la oferta con vehículos de todos los tamaños y de todas las capacidades y, sobre todo, para un público mucho más amplio y variado, que va desde jóvenes parejas y deportistas, hasta familias con niños y matrimonios senior», explica el presidente de Aseicar, José Manuel Jurado.
Aunque satisfecha con los buenos registros en cuanto a matriculaciones, Aseicar alerta de que el éxito alcanzado por el sector implica ciertos riesgos. La importanción de autocaravanas por particulares es uno de ellos, debido a la posibilidad de que los vehículos comprados sean robados, carezcan de homologación o sufran graves deficiencias de seguridad.
También advierten desde Aseicar acerca del peligro del alquiler entre particulares. «Por ejemplo, una autocaravana con documentación para uso particular, no puede destinarse bajo ningún concepto al alquiler. Además, un beneficio económico habitual, debe obligatoriamente declararse a Hacienda», comentan desde la entidad, que recuerda, además, «el riesgo que conlleva el alquiler de un vehículo antiguo desconociendo su estado real».