6 marzo, 2020
Once localidades del norte figuran en el ranking de Los 15 Pueblos Medievales más bonitos de España, que ha elaborado la prestigiosa publicación National Geographic. Entre los tres primeros se encuentra Frías, en Burgos, pero en la lista figuran Montblanc, Besalú y Albarracín, entre otros.
«Pasarán los siglos y esta localidad burgalesa seguirá presumiendo de ser la ciudad más pequeña de España», indica National Geographic, que recuerda que Frías obtuvo este privilegio en el siglo XV por orden del rey Juan II de Castilla. Entre sus principales atractivos se encuentra su puente medieval, su castillo, las casas colgadas y la parroquia de San Vicente Mártir. El municipio cuenta con siete alojamientos y un parking para autocaravanas.
Una de las curiosidades de Montblanc es que anualmente se celebra un pleno medieval. Sucede durante la Semana Medieval de Sant Jordi y sus concejales van vestidos con la tradicional túnica y llevan un espadín, símbolos de la autoridad municipal y en recuerdo de un antiguo privilegio. Según indica la prestigiosa publicación, «si hubiera un ránking con los pueblos medievales más y mejor amurallados de España, Montblanc estaría, como mínimo, en el podio». National Geographic recomienda aprovechar las visitas guiadas que se realizan a las torres de la muralla y echar un vistazo a su bodega modernista.
«Situado en la comarca de la Garrotxa, Girona, se entra al pueblo a través de un majestuoso puente románico que conduce al interior del recinto amurallado», apunta National Geographic en su reportaje sobre Los 15 Pueblos Medievales más bonitos de España. Declarado Conjunto Histórico Artístico Nacional en 1966, Besalú destaca por su gran valor arquitectónico y por la preservación de su patrimonio.
Este pueblo medieval turolense está bañado en las aguas del río Guadalaviar y se encuentra a más de 1.100 metros sobre el nivel del mar. Albarracín «cuenta con abundantes monumentos, como la Iglesia de Santa Maria, la Catedral, el Palacio Episcopal, algunas mansiones señoriales y una peculiar arquitectura popular» indican desde el departamento de Turismo. El encanto de Albarracín se encuentra en el trazado de sus calles adaptadas a la difícil topografía del terreno, con escalinatas y pasadizos y en el conjunto de su caserío de muros irregulares, de color rojizo, con entramado de madera, en difícil equilibrio, con aleros que se tocan.
«Los orígenes de esta población cántabra se remontan al siglo VIII, cuando unos monjes construyeron una pequeña iglesia para albergar la reliquias de santa Juliana que un siglo más tarde dio lugar a la colegiata». De este modo, National Geographic recuerda el origen de esta villa ubicada en Cantabria. La magia de esta localidad se ha mantenido con el paso de los siglos y ha convertido a este pueblo, situado entre el mar y la montaña, en un destino turístico de primer orden, que en los meses veraniegos llega a quintuplicar su población.
«Un paseo por sus calles nos traslada a otros tiempos, a otros mundos, perderse por sus rincones y plazuelas es tarea obligada y uno de los mayores placeres para los que buscan paisajes pintorescos, trazados imposibles de belleza singular, fachadas equilibristas y juegos de luces y sombras que alegran nuestra vista», indican desde Turismo del Ayuntamiento de La Alberca.
«Vino e historia son una combinación perfecta y más si se trata de una comarca como la de Ribera del Duero», apunta la prestigiosa publicación sobre el pueblo de Peñafiel.
Desde Turismo de Peñafiel recuerdan que esta localidad es, en sí misma, «un auténtico museo al aire libre». Allí los visitantes pueden «acercarse a la cultura y al arte» y adentrarse en cualquiera de los cuatro museos que completan la oferta turística de la villa». Uno de ellos es el Museo Provincial del Vino, ubicado en el castillo, el más visitado de la provincia y uno de los grandes atractivos turísticos de la zona.
Pedraza es una de las Villas Medievales mejor conservadas de España y por ello ha sido declarada Conjunto Monumental y reconocida con el Premio Europa Nostra. En Pedraza, sus habitantes disfrutarán de una gastronomía exquisita en sus restaurantes y de una noche deliciosa en sus cuidados alojamientos para todos los bolsillos; desde Casas Rurales a Hoteles con encanto. Cada primer y segundo sábado de julio, se celebran en esta villa los Conciertos de las Velas que organiza la Fundación Villa de Pedraza.
Este pueblo de Huesca se encuentra en la comarca de Sobrarbe y se corresponde con el antiguo Condado que cuenta con el mismo nombre. Aínsa posee una situación privilegiada, en la confluencia de los ríos Cinca y Ara y es un punto estratégico para visitar el Parque Nacional de Ordesa y el Monte Perdido. Aínsa cuenta con dos núcleos diferenciados: la parte comercial (la parte moderna) y la villa medieval.
“Como un museo al aire libre, pero vivo y trepidante, así es la visita a este pequeño pueblo ampurdanés, envuelto en sólidas murallas y con calles estrechas y tortuosas en la que se alinean bares y restaurantes con encanto”, apuntan desde National Geographic. Y es que este pueblo, ubicado en la provincia de Girona, conserva su carácter rural y su distribución original. Desde Turismo de Peratallada recomiendan sentarse a tomar algo en la Plaça de les Voltes.
A unos 40 kilómetros de Pamplona se encuentra Olite «un pueblo de leyenda, con torreones, almenas y fosos”. El emblema de esta localidad, y del Viejo Reino de Navarra es el Palacio Real, la obra cumbre del rey Carlos III “el Noble”. Fue declarado monumento nacional en 1925. Esta localidad navarra cuenta con estrechas calles “que te permitirán pasear al abrigo de nobles caserones de piedra con escudos de armas” y es conocida por sus vinos, que cuentan con una “merecida fama”, además de sus bodegas y cooperativas.
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