2 octubre, 2024
La vida de Federico Zamora, argentino de nacimiento, pero gallego de acogida, cambió radicalmente el día que decidió darle una oportunidad al croquet. Jugador aficionado de golf y socio del campo de golf de Xaz, en Oleiros (A Coruña), el amor por esta disciplina deportiva le vino gracias a la insistencia de su mujer por que le diera una oportunidad. «A mí siempre me gustó el golf. Llevo jugando desde joven, pero a mi mujer no le llamaba la atención especialmente», empieza narrando Zamora. «Yo quería que se integrara en las actividades sociales del club, por lo que empezó a jugar al croquet. Y le encantó», asegura, conocedor ahora del atractivo que posee el croquet.
«La verdad es que a mí no me interesaba especialmente, pero como a ella le gustaba tanto, decidí darle una oportunidad y no me arrepiento nada», afirma el argentino, que ha hecho su vida en Galicia, y se encuentra «como en casa» en la comunidad donde la lluvia es arte. Socio del club de Xaz desde su apertura, hace tan solo tres años, Federico Zamora compagina en estos momentos su trabajo con ambas disciplinas deportivas.
«Normalmente juego dos o tres veces por semana al golf y dejo los fines de semana para competir. Con el croquet hago lo mismo. A veces juego nueve hoyos y después me voy al croquet». A la pregunta de qué tal lleva sacar un hueco para cada uno de estos deportes, Zamora se muestra rotundo. «Lo paso muy bien y no me cuesta compaginarlo», confirma. «Golf y croquet se complementan a la perfección», refuerza.
Y es que el croquet tiene algo que lo hace irresistible a todos aquellos que deciden coger el mazo y lanzarse directos al campo de batalla. «Es un juego muy intelectual, necesitas tener estrategia para ganar. Por eso creo que atrapa», añade, señalando que él mismo ha experimentado la adrenalina corriendo por sus venas tras una partida de croquet. «Te da un subidón porque tienes que fastidiar al de al lado, y es divertido. Es un juego de guerra, pero al final todos nos llevamos genial, el croquet es uno de los deportes más sociales que hay», sostiene, marcando las diferencias existentes entre el golf y el croquet. «Al final, en el golf puedes echar cuatro o cinco horas en el campo, mientras que una partida de croquet se puede terminar en una hora. Es más dinámico», manifiesta.
«Lo paso muy bien y no me cuesta compaginarlo. Golf y croquet se complementan a la perfección»
Otro de los aspectos que Zamora quiere resaltar sobre el croquet es su inclusividad. «Lo puede practicar todo el mundo. Desde un niño pequeño, a un señor mayor. No tiene edad», afirma, en referencia a la falsa concepción de que es un deporte exclusivo de la tercera edad. «Para nada», enfatiza. Él es el vivo ejemplo de que puede llegar a atraer y cautivar a todas las franjas de edad. «También he convencido a mis hijos para que echen una partida con nosotros de vez en cuando. Y les encanta», confiesa.
Además, cada partida es diferente. «Esa es otra de las cualidades que presenta el croquet. Nunca te aburres», remarca Zamora, que la semana pasada acudió a la última prueba clasificatoria del IV Circuito de Golf y I Circuito de Croquet TUR 43, celebrada en el Real Aeroclub de Santiago, en Ames (A Coruña). Y no solo participó en el evento, sino que se hizo con el oro en la prueba de croquet, clasificándose a la Gran Final, que tendrá lugar este sábado, de nuevo en el Real Aeroclub de Santiago.
Así pues, Zamora tendrá que verse las caras con su rival, Juan Seoane, que se hizo con la plata. En la final, solo uno de los dos se puede alzar con el premio, el último modelo de la Thermomix, así como suculentos premios en forma de experiencias y productos de calidad diferenciada. «Creo que el croquet es un deporte todavía muy desconocido, por lo que todo tipo de eventos que contribuyan a fomentarlo, como es el caso del Circuito TUR 43, es muy positivo», expone, convencido de que el croquet está viviendo un auge sin precedentes, especialmente en Galicia. «En Xaz hicimos lo que bautizamos como ‘Tardes de Gin Tonic y Croquet’ para darlo a conocer, y fue todo un éxito», confirma.
«Es un juego de guerra, pero al final todos nos llevamos genial, el croquet es uno de los deportes más sociables que hay»
«Es cierto que el croquet está teniendo un boom. Cada vez hay más campos y es muy accesible jugar. A diferencia de lo que la gente tiende a pensar, no es un deporte elitista», comenta, animando a todos aquellos que estuvieran barajando la opción de darle una oportunidad, a no desaprovecharla. «No se van a arrepentir», concluye, a la espera de saber si se convierte en el ganador de la modalidad de croquet del primer y único circuito internacional con ADN 100 % gallego.