21 marzo, 2020
Hace 38 años que abrió sus puertas Casa Lorenzo, un bar/ cafetería ubicado en Villarrobledo (Albacete). En un primer momento el establecimiento era un bar/cafetería, pero con mucho esfuerzo y tras un proceso de profesionalización, se transformó en un hotel de 61 habitaciones donde, además de alojamiento, se celebran banquetes de bodas. Su posición estratégica, en un punto intermedio en el recorrido Barcelona-Valencia-Andalucía, le brindó la oportunidad de crecer y hoy permite que preste servicio, desinteresadamente, a los profesionales sanitarios que se desplazan al hospital de Villarobledo y que luchan cada día frente al Covid-19.
Luis Fernández lleva 20 años trabajando en Casa Lorenzo, que se ha sumado a la lista de establecimientos que dan apoyo a aquellos que velan por los enfermos que se encuentran hospitalizados: «Cerramos el hotel el día que se declaró el estado de alarma. Al ver que ya algún hotel de Madrid lo estaba haciendo, consideramos oportuno, bajo nuestra responsabilidad, ayudar al hospital».
Tras hablar previamente con el alcalde de Villarrobledo, se pusieron en contacto con la gerencia del centro hospitalario para alojar a todo el personal sanitario que precisara este servicio. «Ellos nos dijeron que estaban haciendo turnos intensivos de trabajo y contratando personal de otros puntos de España», explica el director del Hotel Casa Lorenzo, donde ya ha pernoctado una doctora de Madrid y otras dos personas del 112. «Diariamente el hospital nos indica la necesidad que va a tener y nos ponemos en marcha. Además, como nosotros ahora tampoco tenemos a nuestros empleados trabajando, ellos mismos se comprometen a hacer la limpieza de la habitación, con el personal del hospital», indica.
Diariamente el hospital nos indica la necesidad que va a tener y nos ponemos en marcha
La práctica totalidad de la plantilla del Hotel Casa Lorenzo, que cuenta con 52 empleados, ha tenido que acogerse a un Expediente de Regulación de Empleo Temporal (ERTE) y la compañía ha tenido que solicitar un préstamo a través de un convenio entre el Banco Santander y el Instituto de Crédito Oficial. «Al no saber cuánto tiempo se va a prolongar la situación, nos están cancelando todo», señala Luis Fernández, muy preocupado por el futuro: » esto nos hace mucho daño financiero en la empresa, hay mucho miedo y mucha preocupación».
Luis Fernández considera que las medidas anunciadas por el Ejecutivo no son suficientes. «Bajo mi punto de vista, esta situación ha desbordado al Gobierno y va a ser muy difícil pagar la barbaridad de ERTES que se van a solicitar. Va a costar mucho elaborar unos presupuestos que cuadren y da mucho miedo que después repercuta a la ciudadanía en general, en una subida de impuestos o en las tasas… Puede provocar una situación bastante complicada».
Esta situación ha desbordado al Gobierno y va a ser muy difícil pagar la barbaridad de ERTES que se van a solicitar
«Por otra parte, han estipulado que un ERTE por causa de fuerza mayor te garantiza no pagar las cuotas de Seguridad Social, pero hay una letra pequeña que te dice que a 29 de febrero tienes que tener menos de 50 trabajadores y, en nuestro caso, con 52 empleados, solamente te condonan el 75%, el otro 25% lo tienes que pagar tú y no estamos facturando nada». Esa es la razón por la que han optado por pedir un crédito que, «aunque tiene muy buenas condiciones, hay que pagar» y, al mismo tiempo » seguir afrontando pagos de compromisos con proveedores y demás», añade.
«Queremos pensar que esto va a durar poco pero, desde mi punto de vista, tampoco se están tomando las medidas adecuadas, porque yo veo fábricas abiertas. No sé, como no se tomen un poco más en serio el confinamiento, no creo que esto vaya a una situación de corto plazo».
Si esto se prolonga mucho, nos vamos a ver en una situación muy delicada
Luis Fernández, como otros muchos empresarios, está muy preocupado por el futuro. A esto se suma en que, probablemente, el sector turístico sea el que más tiempo tarde en recuperarse. «Si esto se prolonga mucho, nos vamos a ver en una situación muy delicada. Y nosotros somos una empresa grande, con cierta espalda financiera, pero hasta donde llegue. Yo entiendo que muchas pymes, más pequeñas que nosotros, lo pueden pasar muy mal. Llegará un momento en el que habrá un apalancamiento financiero total que obligue a las compañías a un cese total de actividad».