2 abril, 2020
«Hemos visto que las medidas que se han articulado desde el Estado dejan fuera a las empresas de turismo activo y nos hemos unido con el Club de Ecoturismo de España para reivindicar la situación», señala el presidente de la Asociación Nacional de Empresas de Turismo Activo (ANETA), Óscar Santos.
En España hay unas 3.500 empresas de turismo activo y ecoturismo y en torno al 50% de ellas forman parte de ANETA o del Club de Ecoturismo de España, que trabajan de la mano para reclamar medidas a las que poder acogerse, en medio de la crisis del Covid-19. Una de las dificultades a las que se enfrentan estas compañías es que más de un 70% de sus ingresos corresponden a los meses de marzo a julio.
-¿Cuál es la situación actual de las empresas del sector?
-No disponemos de un IAE específico de turismo, por tanto, las empresas de turismo activo y ecoturismo a nivel nacional tienen que acogerse a grupos de actividades de clasificación que, en algunos casos, no tienen nada que ver con la actividad turística. Las medidas se han aprobado para unos CNAES, unos códigos de actividad, que algunas empresas de turismo activo y ecoturismo no tienen. En mi caso sí, porque yo tengo alojamiento y, por tanto, mi razón social tiene dos epígrafes: uno de actividades de ocio y otra de alojamientos, pero muchas empresas no tienen esa opción.
Las medidas se han aprobado para unos CNAES, unos códigos de actividad, que algunas empresas de turismo activo y ecoturismo no tienen.
-¿Qué consejo le dais desde ANETA a estas compañías?
En las reuniones que hemos tenido les he ido diciendo que, ante esta situación con tanta incertidumbre que se acojan a todo tipo de ayudas que puedan. Por ejemplo, el tema del aplazamiento de la deuda tributaria, que es una cuestión que no afecta a si eres empresa turística o no. Además, hay bancos que están ofreciendo productos alternativos que garantizan que no haya tensiones de tesorería dentro de la empresa, pero es una cuetión que cada uno tiene que trabajar. El problema es que las empresas de nuestro sector están muy acostumbradas a trabajar en el campo, pero somos menos hábiles en la parte de negociar cuestiones financieras. Así que estamos haciendo llegar a los compañeros la posibilidad que tienen de unirse a otro tipo de ayudas y productos financieros que, aunque no están recogidos, pueden ser de utilidad en estos momentos.
El problema es que las empresas de nuestro sector están muy acostumbradas a trabajar en el campo, pero somos menos hábiles para negociar cuestiones financieras
-¿Os habéis puesto en contacto con las administraciones?
-Nosotros hemos estado en contacto con la Secretaría de Estado de Turismo, le hemos hecho llegar esas particularidades y nos ha respondido indicando las medidas que se habían aprobado. Ahora estamos redactando un documento, junto con el Club de Ecoturismo, que haremos llegar a la Secretaría de Estado en el que especifiquemos cuáles son las singularidades y en qué nos puede afectar.
Estamos redactando un documento, junto con el Club de Ecoturismo, que haremos llegar a la Secretaría de Estado
–Otra de vuestras solicitudes es que no sea obligatorio contratar a las personas a las que se aplique un ERTE porque vuestro empleo tiene mucho que ver con la estacionalidad, ¿no?
-Hay que tener en cuenta que en torno a un 70% u 80% de los ingresos que conseguimos son entre marzo y julio. También julio y agosto, dependiendo de la zona. Pero bueno, en estos meses aglutinamos el 70% o el 80% de la facturación. ¿Qué ocurre? Nosotros trabajamos con grupos de escolares y familias que no van a destinar el dinero al ocio hasta que vean sus necesidades básicas cubiertas y tengan un colchón, porque yo creo que esto a todas las familias les va a servir para hacer un colchón para los problemas que nadie prevé. Una vez que hayan podido hacer todo esto, empezarán a destinar dinero a este tipo de actividades. ¿Qué ocurre? Que los ERTES de estas empresas a lo mejor se alargan a mayo, junio, julio… Hemos pasado de no tener ingresos a tener gastos, y eso lleva a las empresas a una situación muy crítica.
Nosotros trabajamos con grupos de escolares y familias que no van a destinar el dinero al ocio hasta que vean sus necesidades básicas cubiertas y tengan un colchón
-¿Qué tipo de contratos son los más frecuentes en el sector?
-Depende de las empresas, en muchos casos existe la figura del fijo discontinuo. En Aragón, por ejemplo, en Pirineos, el que en verano está haciendo descenso de barranco y rafting, en invierno está haciendo esquí. En esos sitios a lo mejor el empleado pasa de una empresa a otra mediante un contrato temporal o, en función de la cantidad de años que lleve, de fijo discontinuo. Cada empresa adaptará los contratos a la normativa y a sus necesidads pero, nos podemos encontrar con el trabajador parcial o el fijo discontinuo y en los casos donde no haya esa condición, pues pueden tener un contrato de un año, dos… En muchos casos son empresas familiares en las que trabajan dos personas que están dadas de alta todo el año y funcionan como economía doméstica.
–¿Cómo afrontan el futuro?
-Nosotros hemos hablado de lo malo, pero te adelanto que desde hace tres semana estamos hablando del día después, preparando ideas, planteando el trabajo para presentar un plan de promoción. Entendemos que esta situación va a cambiar muchísimo, incluso la manera en la que tenemos que trabajar, porque el Covid-19 no va a desaparecer cuando acabe el estado de alarma y nosotros tenemos que preaprar nuestras empresas para saber cómo adaptarnos y atender mejor a nuestros clientes. Estamos trabajando en ello, en líneas de promoción, cómo posicionar nuestros desitnos. Vamos a hacer una campaña para estimular la demanda interna, un poco tirar de bandera de patriota, a ver si es si este año los españoles vienen a las empresas españolas, que nos miren con mejores ojos en estos tiempos.
El Covid-19 no va a desaparecer cuando acabe el estado de alarma y nosotros tenemos que preaprar nuestras empresas para saber cómo adaptarnos y atender mejor a nuestros clientes
–Ha comentado que dispone de un alojamiento. ¿Forma parte de la lista de hoteles retén del Gobierno?
El alojamiento se encuentra en Ciudad Real, así que desde un primer momento nos pusimos en contacto con la Consejería de Sanidad para ofrecerlo. Se llama Finca Alarcos y se encuentra a las afueras, así que creímos que podía ser interesante para los profesionales sanitarios, que son personal de riesgo. Nos dijeron que lo estudiarían con la Gerencia del hospital de Ciudad Real para ver qué podían hacer, si lo veían viable, etc. Lo hemos puesto en marcha este año, ¡vaya estreno!, pero bueno, las camas están ahí.