28 abril, 2020
Reconoce que, como director de hotel, nunca había afrontado una crisis tan grave como la causada por el coronavirus, pero mantiene la esperanza en que los alojamientos puedan abrir sus puertas antes de que finalice el verano. Ramón Braña, máximo representante de la Asociación Española de Directores de Hotel (AEDH) en Galicia y director general de Oca Hotels, explica a TUR 43 los cambios que deberán afrontar los establecimientos para adaptarse a unas exigencias sanitarias que serán cada vez más estrictas y analiza los posibles plazos para el inicio de la actividad.
-¿Qué medidas cree que tendrán que adoptar los hoteles cuando finalice la crisis del coronavirus y comience la apertura?
-Lo primero que tenemos que garantizar es la seguridad, que será algo que la gente valorará mucho y que nos obligará a cambiar. Los hoteles les podremos ofrecer a los huéspedes mayor seguridad que otro tipo de establecimientos. El trabajo de la Asociación Española de Directores de Hotel y de otras entidades está orientado a la creación de un sello de seguridad que indique que el establecimiento que lo tiene ha cumplido una serie de requisitos, Independientemente de eso, nosotros estamos preparando ya todo tipo de medidas, tanto para los empleados como para los clientes. Buscamos productos de desinfección más potentes que los que utilizábamos, estudiamos como se podrían prestar servicios como el bufé del desayuno… En todo caso, al final existirá una regulación, así que también estamos a la espera de las normativas que vayan surgiendo.
-Para los hoteles será muy importante mostrar esa acreditación sanitaria.
-Los hoteles, por el tipo de servicio que prestamos, ya debemos ser seguros y tener una buena limpieza y una buena seguridad. Evidentemente, ahora habrá que refrendarlo de alguna manera y esa fórmula puede ser la posibilidad de disponer de algún sello de calidad o de algún elemento que le diga al cliente que se ha realizado una revisión. Lo más importante es que cuando se vuelva a la normalidad, que será algo que llegará de forma escalonada, se cumpla con esos requisitos de seguridad y no haya incidentes en los hoteles.
«Los hoteles podremos ofrecer a los huéspedes mayor seguridad que otro tipo de establecimientos»
-¿Qué le parece la idea de identificar con algún tipo de brazalete, pasaporte o distintivo a las personas que hayan superado la enfermedad para que estas puedan acceder a hoteles y otros establecimientos?
-Cualquier medida que se tome generará discrepancias y no tendrá el consenso. Yo soy partidario, por ejemplo, de que haya una mayor libertad y de que se pueda ampliar la lista de sectores económicos que pueden trabajar. Cuando salgamos, después de tanto tiempo encerrados, siempre va a haber algún contagio. Eso es inevitable, pero también lo es que la economía se resienta. Podría ser una medida positiva que, antes de ir a las empresas, los trabajadores pasen por la mutua y que, si están bien, vayan a trabajar y, si están mal, se vayan a casa o se ubiquen en unos espacios adecuados. De todas formas, tampoco está tan claro que alguien que ya ha pasado la enfermedad no pueda volver a contagiarse. Aún con esta controversia, yo apoyo cualquier medida que permita una mayor movilidad que la que tenemos, siempre dentro de unos parámetros de seguridad.
-¿Qué opina de las declaraciones en las que la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, anunció que la actividad turística no podría reabrir hasta final de año y de las pronunciadas por la presidenta de la Comisión Europea y por la organización de consumidores Facua desaconsejando hacer reservas para este verano?
-Evidentemente, en el sector hotelero han sentado mal. Creo que las declaraciones de Yolanda Díaz son improcedentes en una ministra. Es irresponsable que el Gobierno español lance una noticia de esta envergadura. Hay que pensar que, para algunos negocios y destinos, el verano supone el 90% de su producción. Si ya desde ahora se le dice al público que no vamos a poder abrir en el verano, se está hundiendo el sector. Creo que los mensajes que hay que enviar, también desde Europa, deberían ir en otra dirección. Lo que hay que decir es que en cuanto la situación lo permita, los establecimientos hoteleros abrirán. Hay que pensar que al menos existe una posibilidad de que podamos abrir en verano.
«He vivido todo tipo de crisis, pero nunca de este calado. Jamás había tenido una experiencia tan drástica o dramática como esta»
-¿Pensó alguna vez a lo largo de su trayectoria profesional que podría ocurrir algo como lo que está pasando?
-No, la verdad es que no. Yo ya soy veterano, llevo casi 30 años dirigiendo hoteles porque empecé muy joven. He vivido de todo, incluidas todo tipo de crisis económicas, pero nunca de este calado. Nadie podía pensar que el impacto de este virus iba a ser tan demoledor. Además, no es sólo lo que tenemos ahora mismo, sino también el tiempo que vamos a tardar en recuperarnos. Si hace un mes y medio alguien nos dice que el impacto iba a ser tan inmenso, nadie lo hubiera creído. Afortunadamente, nunca había tenido una experiencia tan drástica o dramática como esta.
-Dentro del preocupante contexto general, ¿cómo ve a Galicia de cara a la recuperación?
-Cuando las cosas iban bien, el destino turístico gallego nunca tuvo la bonanza que podían tener los destinos de sol y playa. No tenemos unos flujos dirigidos al macroturismo, porque no tenemos turoperación a ese nivel. Ahora, en este momento tan difícil, esa puede ser nuestra gran baza. El cliente va a optar más por el viaje en su vehículo privado, por las distancias cortas y por las estancias de entre cuatro o cinco días. para ese tipo de turismo, Galicia tiene mayores posibilidades que otras zonas.
-Será imposible que el Xacobeo 2021 sea como se esperaba.
-Tal y como se esperaba, evidentemente, va a ser imposible. Teníamos unas expectativas elevadísimas. Es un Xacobeo después de 11 años y llegaba tras la recuperación de una crisis que no terminó hasta hace tres años. Galicia, además, estaba en un momento muy importante, en el que se había hecho un gran trabajo de comunicación. Tanto el sector como la administración habían trabajado muy bien para posicionar al destino. Estábamos convencidos de que sería un Año Santo fantástico. Ahora ha cambiado la perspectiva. Si esto se soluciona y no hay recaídas será un año normal y, para nosotros, ahora mismo, un año normal equivaldría a un año bueno.
-¿Cuáles cree que serán los plazos para la repaertura?
-No sé si lo creo o más bien lo deseo, pero sigo pensando, porque somos un país al que le gusta disfrutar del tiempo libre, que el verano debería comenzar. Diría que a partir de la primera semana de julio podríamos empezar a tener algo de movimiento en algunas zonas.
-Y, por supuesto, un comienzo de actividad casi en exclusiva con turistas de proximidad.
-Sí, claro. Primero será un turismo local. En el caso de Galicia, por ejemplo, el que practican las personas de la comunidad autónoma. Todos los destinos dedicarán sus esfuerzos a captar al cliente de cercanías y, después, el de otras comunidades autónomas que estén próximas, La incógnita más importante es Madrid, porque Madrid aporta un volumen muy importante de clientes.
«Los medios de comunicación, sobre todo los digitales, nos ayudan mucho a estar en contacto con el mercado»
-¿Qué medidas han adoptado en Oca Hotels para superar esta crisis?
-La mayoría van encaminadas al mantenimiento de marca. Se trata de mantener el marketing relacional con nuestros clientes, de decirles que estamos aquí. También estamos trabajando en diferentes productos, con vistas a ofrecerlos cuando el cliente pueda viajar, pero no tiene sentido concretarlos o anunciarlos hasta que haya una perspectiva clara de cómo va a evolucionar la situación.
-¿Qué importancia cree que tiene la comunicación para ese mantenimiento de marca y para que la gente se ilusione con viajar?
-La comunicación es fundamental. Es importante transmitir el compromiso de todo el sector, independientemente de que cada uno tengamos que defender nuestra marca. En solitario, no se puede hacer mucho. Los medios de comunicación, sobre todo los digitales, nos ayudan mucho a estar en contacto con el mercado. Si hay algo bueno en una crisis es que se nota una gran unión entre todos los sectores y, para eso, la comunicación también es muy importante.