31 julio, 2020
«No es momento de pensar en los beneficios, sino en la supervivencia y fortalecimiento a largo plazo, afianzando los básicos y consolidando nuestra competitividad en la nueva era del turismo». Así se expresa el vicepresidente ejecutivo y consejero delegado de Meliá Hotels International, Gabriel Escarrer, después de que el grupo registrara unas pérdidas de 358,6 millones en el primer semestre del año, el peor de toda su historia en cuanto al balance económico.
Pese a las pérdidas, Escarrer destaca la capacidad de resiliencia de la compañía que, según afirma, logró atenuar el golpe económico recibido con una estrategia con la que logró reducir sus gastos hasta en un 43,3%. El plan para la recuperación tendrá muy presentes los cambios que ha traído consigo la pandemia de la Covid-19.
«En una temporada incierta y más corta de lo habitual, la compañía se centra en maximizar el mercado doméstico de cada país y región, en apostar por los hoteles vacacionales, que se recuperan antes que las ciudades, y por el segmento del cliente individual, dado el estancamiento del negocio MICE y la incógnita de los viajes de negocios», comenta el vicepresidente ejecutivo de Meliá.
La «sólida posición financiera» del grupo y su «fortaleza digital» son otros de los puntos fuertes de Meliá que, tal y como destaca Escarrer, han servido para afrontar el azote del coronavirus a la industria turística con mayores garantías.
«Me siento orgulloso de afirmar que, durante estos meses, hemos sabido conciliar una intensa vigilancia financiera con las inversiones necesarias para garantizar la seguridad de clientes y empleados y para seguir avanzando en excelencia operativa y eficacia», recalca Escarrer, que no duda en calificar al segundo semestre de este año como «el peor jamás registrado».