29 octubre, 2020
La pandemia no da tregua en Europa, donde la práctica totalidad de los países se encuentra en rojo en el mapa aprobado por los Veintisiete y que determina el riesgo de Covid, teniendo en cuenta el número de casos. Ante esta segunda oleada, numerosos países se han visto obligados a endurecer las medidas y los últimos han sido Portugal y Francia. Mientras tanto, en España se ha aprobado esta misma tarde la prórroga del estado de alarma hasta el próximo 9 de mayo.
A partir de mañana, viernes 30 de octubre, Francia volverá al confinamiento, por lo que los ciudadanos solo podrán salir de sus domicilios para realizar trabajos considerados esenciales o, bien, por motivos médicos. La medida se extenderá, como mínimo, hasta el 1 de diciembre y en la práctica se traducirá en el cierre de la hostelería y todos los negocios considerados no esenciales, mientras que las fábricas y las escuelas seguirán abiertas.
La segunda ola del coronavirus está golpeando con fuerza al país vecino, donde el número de fallecidos diario se sitúa a niveles del mes de abril. Además, esta misma semana se confirmaron más de 33.000 nuevos contagios. El presidente francés Emmanuel Macron ya advirtió este miércoles que espera una segunda ola más dura que la primera.
También mañana comenzarán las nuevas restricciones en el otro país vecino, Portugal, que ha anunciado el cierre perimetral de todos sus municipios. Por esta razón, ningún ciudadano podrá abandonar su ayuntamiento de residencia. Tampoco podrán hacerlo los turistas que tengan una reserva para pasar el puente de Todos los Santos en dicho país, que sí podrán viajar siempre y cuando dispongan de un justificante del alojamiento y respeten el cierre perimetral. La circulación fuera del municipio de residencia estará prohibida hasta el próximo 3 de noviembre, salvo para ir a trabajar, a clase o por motivos de enfermedad.
Bares, restaurantes y, en general, el sector del ocio ha tenido que cerrar sus puertas en Alemania y así permanecerá durante todo el mes de noviembre. La medida, anunciada por la canciller Angela Merkel, busca «salvar las Navidades y que las familias y amigos puedan reunirse». Otra de las medidas que ha aprobado el Ejecutivo alemán pasa por limitar las reuniones, que solo estarán permitidas en el exterior y tendrán que ser de convivientes o de personas de dos hogares diferentes, como máximo.
Por su parte, el Gobierno italiano decretó un toque de queda en varias regiones y ordenó que el cierre de bares y restaurantes se produzca, como muy tarde, a las seis de la tarde. A esa hora también tienen que cerrar sus puertas los pabellones deportivos, el cine y los conciertos.