7 diciembre, 2020
Frente a la caída del turismo, los hoteles tienen que buscar nuevas vías de negocio y uno de la cadena Alda ubicado en la localidad coruñesa de Sada parece haber descubierto las ventajas de transformarse por unos días en algo parecido a un colegio mayor y es que el establecimiento aloja, desde el pasado 2 de noviembre, a alumnos que participan en los cursos intensivos de inglés que organiza la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP).
Cada curso tiene una duración de una semana y el hotel acogerá a alumnos hasta el próximo 19 de diciembre. El Alda Sada Marina brinda alojamiento y manutención a unos estudiantes de inglés que, a juzgar por sus comentarios, están muy satisfechos con el trato recibido.
«Las habitaciones son grandes y cómodas, el servicio de limpieza es estupendo y el servicio de comida es espectacular. El personal es muy atento», explica la alumna Raquel Espejo acerca de su estancia en el hotel.
Los profesores coinciden con sus alumnos y, a la calidad del servicio, añaden la seguridad que ofrecen los hoteles en estos tiempos de pandemia. «Los espacios proporcionados por el hotel son ideales para el seguro desarrollo del curso. Las aulas son amplias y tienen muy buena ventilación», apunta el docente de la UIMP John Sandivar.
La Covid-19 también ha condicionado el modo en que se organizan y celebran este tipo de cursos y son precisamente esos cambios necesarios los que convierten a los hoteles en espacios propicios para albergar a los alumnos.
«Evitamos aglomeraciones mediante el uso de grupos burbuja, tenemos descansos en un horario diferente entre grupos, usamos gel hidroalcohólico cada vez que se entra en clase, mantenemos 1,5 metros de distancia entre personas, se toma la temperatura de todo el personal y alumnado varias veces al día, se desinfectan las sillas con regularidad y se establece el uso obligatorio de mascarilla, salvo en el comedor», comenta Sandivar acerca del protocolo a seguir.
A los conocimientos de inglés adquiridos y a la interacción con alumnos procedentes de diferentes zonas de la geografía española hay que sumar la experiencia turística que supone pasar unos días lejos de casa. «Las personas son muy hospitalarias. Es un lugar encantador», apunta Raquel Espejo.