25 febrero, 2021
La cadena hotelera NH perdió en 2020 un 68,6% de su facturación, al pasar de los 1.718 millones de euros de ingresos en 2019 a los 539 millones ganados el pasado año. Pese a la caída que ha ocasionado la pandemia, los responsables de la hotelera destacan que las medidas de contingencia aplicadas han evitado un desplome mucho mayor.
El plan aplicado por la compañía desde el comienzo de la pandemia, centrado en preservar la caja y controlar los gastos, ha conseguido amortiguar en un 60% el efecto sobre resultados de ese drástico descenso de los ingresos. Para ello, los gastos operativos recurrentes pasaron de 1.069 millones de euros en 2019 a solo 549 millones de euros en 2020, con un ahorro del 48,6%.
«El esfuerzo en la gestión y en la contención de costes nos ha permitido resistir en el peor año de nuestra historia. Hemos tomado todas las medidas precisas para llegar hasta aquí, y vamos a seguir aplicando las que sean necesarias hasta superar la actual situación. Preservar la liquidez y controlar el gasto siguen siendo la base de nuestra estrategia. El objetivo prioritario es garantizar la sostenibilidad del grupo y de sus marcas, porque es el único resultado válido para nuestros profesionales, clientes, proveedores, acreedores y accionistas”, explica el consejero delegado de NH, Ramón Aragonés.
La compañía extremó la contención de costes en el año mediante la renegociación de contratos de alquiler (con un ahorro acumulado en alquileres fijos de 63,6 millones de euros en el ejercicio, lo que representa un 25% de reducción) y a través del apartado de personal (con una disminución anual del 46,7% como consecuencia de las medidas temporales de ajuste laboral y de reducción de jornada y salario).
«La estructura flexible es una de las ventajas competitivas del grupo, lo que permitió una rápida reapertura de más de 300 hoteles desde junio para captar la demanda de los clientes nacionales, hasta alcanzar el 80% de la planta abierta en el tercer trimestre», apuntan desde la compañía.
Debido al impacto de la segunda ola, con nuevos cierres perimetrales y restricciones a la movilidad tras el verano, muchos hoteles de la cadena volvieron a cerrar, con lo que el porcentaje de alojamientos abiertos se redujo al 60% a cierre de año. Por trimestres, los ingresos fueron de 279 millones de euros en el primero, 30 millones en el segundo, 148 millones en el tercero y 82 millones de euros en el cuarto.