25 febrero, 2021
La cadena Meliá perdió un total de 425,9 millones de euros en el año 2020, lo que supone una caída de ingresos superior al 70,7% que, sin embargo, la compañía consiguió atenuar a través de un plan de contingencia con el que redujo más del 50% de sus gastos de explotación.
«El 2020 no se parece a nada que hayamos conocido en nuestros 65 años de historia; no hay comparable posible. Tras alcanzar en 2019 unos resultados positivos y mantener la misma tendencia durante los dos primeros meses de 2020, la aparición de la pandemia a partir del mes de marzo dejó la actividad turística en un estado de práctica hibernación», fueron las palabras del vicepresidente ejecutivo de Meliá, Gabriel Escarrer.
«Hemos conseguido atenuar los peores impactos de la pandemia, tanto en el plano financiero, como en el operativo y en el de las personas», ha señalado Escarrer. Además, el CEO de la hotelera mallorquina ha apuntado la necesidad de «aprovechar la fuerte recuperación que podría emprender el sector del turismo». Y es que Meliá ve con optimismo un repunte de reservas a partir de mayo y junio. Esto se debe, según indica la compañía, «a las mejoras en el control de la pandemia y la apertura de fronteras en Reino Unido».
Una de las fortalezas de la compañía es que en 2020 consiguió convertir la digitalización en una ventaja competitiva, consiguiendo que más de la mitad de sus ventas se realizaran a través de la web. Además, la sostenibilidad se puso de manifiesto en 2020. De hecho, uno de los hitos más destacados en materia social fue la cesión de 17 hoteles para su medicalización o el alojamiento de colectivos esenciales contra la Covid-19, donando productos y servicios por valor de 4,9 millones de euros.