11 agosto, 2021
Agentes de la Policía Autonómica, en colaboración con el Servicio de Guardacostas de Galicia, decomisaron, en la localidad pontevedresa de Baiona, un total de 21 pulpos que no alcanzaban la talla mínima legalmente exigida a dos hombres que los transportaban en una furgoneta. La actuación se enmarca dentro de un dispositivo contra el furtivismo desplegado por las fuerzas de seguridad.
El control que sirvió para identificar a los furtivos se desarrolló el pasado lunes (9 de agosto) en las inmediaciones del puerto de Baiona. Los agentes interceptaron una furgoneta que transportaba un capacho y medio de pulpo, legal y con la correspondiente guía de acompañamiento; pero, bajo los aperos de pesca, localizaron otros dos capachos sin guía y con ejemplares de talla inferior a la legal.
El peso total de la captura sin justificar alcanzó los 37,5 kilos, de los cuales, una vez confeccionada la guía, se devolvieron 19,9 kilos que sí cumplían con los requisitos y se decomisaron los 17,5 restantes que se correspondían con los 21 pulpos de menor tamaño que el permitido.
El pulpo es uno de los productos gastronómicos más demandados por los gallegos y por los turistas que llegan a la comunidad autónoma. A finales del pasado año saltaron todas las alarmas cuando los pescadores alertaron de una brusca caída en las capturas, consecuencia directa de la presencia de un menor número de ejemplares.
La sobreexplotación de esta especie es la causa a la que los científicos atribuyen la escasez de pulpo en aguas gallegas. Expertos en biología marina advirtieron de que, de mantenerse el ritmo de capturas, se pondría a la especia en serio peligro.
Entre los pescadores gallegos no faltaron los que restaron hierro al asunto y recordaron que, con las especies marinas, en general, y con el pulpo, en particular, ocurre lo mismo que con los productos del campo, con cosechas mejores y peores.