15 noviembre, 2021
A un empresario que acumulaba en su finca de la urbanización madrileña de La Moraleja un total de 1.250 animales disecados de 420 especies diferentes, todos ellos abatidos por él mismo durante sus viajes cinegéticos, y que tenía el sueño de crear en la localidad extremeña de Olivenza el mayor museo de la caza del mundo le ha salido el tiro por la culata. Un registro policial en su propiedad, que llegó tras una investigación que tuvo su origen en un reportaje publicado por el diario El País, ha terminado con él como investigado y con la intervención de 49 animales disecados, 4 colmillos de elefante, 4 colmillos de hipopótamo y hasta 132 piezas talladas en marfil.
Jabalíes, ciervos, lobos, zorros y otras especies de la fauna patria convivían en los pabellones de la finca junto a especies más exóticas, como leones, leopardos, elefantes, linces, cocodrilos e incluso primates. Según informaron fuentes policiales, algunos de los animales expuestos en la finca del empresario, llamado Marcial Gómez Sequeira y conocido por haber ejercido la presidencia de Sanitas, forman parte del catálogo de especies protegidas por la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres o carecen de la documentación requerida para su caza y posterior traslado.
«El investigado carecía de muchos de los permisos y certificados obligatorios para su tenencia e importación en territorio nacional», explican fuentes policiales en un comunicado sobre la operación.
Este apasionado de la actividad cinegética, ahora investigado como supuesto autor de un delito continuado de tráfico de especies protegidas, cazó mucho, mató mucho y, desde luego, también viajó mucho y es que en el muestrario de animales disecados que pretendía trasladar a Extremadura para crear el museo de la caza se encuentran especímenes de decenas de países y regiones. Alaska, Camerún, Tanzania o Siberia son sólo algunos de los espacios donde este avezado cazador cobró piezas.
“Ni yo mismo podría decir los animales que he podido cazar en los 48 años que llevo de caza mayor por el mundo, pero serán varios miles, de más de 420 especies”, decía el empresario en declaraciones recogidas en el famoso reportaje publicado en El País que dio origen a la investigación policial que ha tenido como punto final la entrada en el domicilio y la incautación de algunos de los ejemplares de la colección.
En ese mismo reportaje de El País, publicado en el año 2019, el empresario afirmaba que, al intentar calcular el tiempo de su vida que había pasado cazando, le salía que había invertido las 24 horas del día de 11 años y tres meses, según sus propias palabras, «sin parar, pegando tiros». Traducido a kilómetros recorridos en sus viajes, el resultado sería el de varias vueltas al mundo.
También aludía aquel reportaje a la supuesta ideología franquista del protagonista de esta historia. Según consta en esa pieza periodística, Marcial Gómez Sequeira reconocía ser franquista, llevaba una bandera rojigualda con el águila de San Juan pegada a su teléfono móvil y tenía en su mansión un retrato al óleo de Francisco Franco, vestido de militar y a tamaño natural.