25 octubre, 2022
La música es uno de los atractivos artísticos más importantes de la oferta turística de un país. Ya sea por conciertos concretos o por la existencia de músicas tradicionales (el fado portugués o las sevillanas españolas); la música es un reclamo de primer nivel. El ejemplo más claro está en la proliferación de festivales musicales que congregan a miles de personas durante varios días, con el desarrollo económico y social que supone un gran evento. La música conmueve y contiene un enorme poder de captación, pero ¿cómo afecta a nuestro organismo?
Esta es la pregunta que intenta resolver un equipo multidisciplinar formado por los grupos de investigación Genética de Biomedicina (GenPoB) y GenVip del Instituto de Investigación Sanitaria (IDIS) de Santiago de Compostela; que organizaron un espectacular concierto en colaboración con la Real Filharmonía de Galicia, congregando a un total de 1100 personas voluntarias. Hablamos con los investigadores principales del proyecto llamado Sensogenoma, Antonio Salas y Federico Martinón, sobre la importancia de este primer concierto en la búsqueda del poder curativo de la música. Quién sabe si en un futuro el turismo de salud y el musical se podrán fusionar.
Sensogenoma22, un proyecto pionero en el que se une ciencia y música, ¿en qué consiste?
Sensogenoma22 es un proyecto de investigación en el que, por primera vez y a gran escala, la ciencia y la música se dan la mano para luchar contra diferentes enfermedades. Así, el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital Clínico de Santiago de Compostela y la Real Filharmonía de Galicia, han creado un marco de colaboración multidisciplinar único que representa un hito de enorme éxito. El primer paso de la investigación se centra en la música y la expresión de los genes en la población general y distintos contextos de la patología humana como el cáncer, Alzheimer, trastorno de espectro autista (TEA), o daño cerebral, entre otros, con el fin de obtener datos a gran escala, analizarlos con rigor científico usando técnicas de vanguardia y eventualmente poder proporcionar herramientas que mejoren la calidad de vida de las personas con este tipo de enfermedades.
¿Qué se espera de esta investigación? ¿Qué datos podrá aportar?
Se trata de una nueva disciplina de la ciencia genómica que busca investigar como los estímulos sensoriales repercuten en el ADN, buscando las bases moleculares que subyacen a la activación de la información genética y como ello puede ser una puerta a nuevas investigaciones, nuevos usos terapéuticos y la mejorar de la calidad de vida. La música siempre ha influido en el estado de ánimo, y este, en la salud, es por ello, que Sensogenoma22 trata de averiguar sus bases moleculares y entender si puede y cómo puede ayudar a frenar o paliar los efectos de las enfermedades como el cáncer, Alzheimer o Trastorno de Espectro Autista (TEA), investigando la huella de la música en el ADN.
¿Cómo fue la acogida y la respuesta de la sociedad para colaborar con la iniciativa?
Ha sido excelente, sobrepasando todas nuestras expectativas. Las entradas para el concierto se agotaron en seguida, tanto las del público general, como las del público que donaba muestras. Recogimos más de 2.000 muestras de sangre y saliva en un tiempo récord, y quedó mucha gente en lista de espera.
En el concierto del día 30 de septiembre se movilizaron a más de 200 profesionales de diferentes sectores ¿Con qué se financia este tipo de investigación?
Muchos de los profesionales que ayudaron en la organización del Sensogenoma22 ayudaron de manera totalmente altruista. Los gastos derivados de este proyecto, se financian con fondos propios, del grupo de investigación y del Instituto de Investigaciones Sanitarias de Santiago de Compostela (IDIS). Actualmente, estamos buscando patrocinadores, porque creemos en las sinergias entre el sector público y privado, así como en el interés que puede despertar en muchas marcas formar parte de un proyecto pionero, que esperamos tenga impacto internacional, y colaborar en la lucha contra la enfermedad.
Hemos visto que detrás de Sensogenoma22, está el CHUS, el IDIS, la USC, la RFG, Auditorio de Galicia, y varias entidades más, ¿qué significado tiene la colaboración para el proyecto?
La colaboración es intrínseca al desenvolvimiento del proyecto. El éxito de estos primeros conciertos ha consolidado las alianzas. Cada vez estamos sumando más apoyos, de asociaciones de pacientes, instituciones y empresas
«La respuesta de la sociedad ha sido excelente, sobrepasando todas nuestras expectativas»
¿Qué pueden hacer las entidades o empresas para colaborar con la investigación?
Son imprescindibles para sufragar los gastos de la investigación. Tenemos una tecnología de vanguardia y un equipo humano experto, y los costes de la investigación son muy elevados.
¿Cuál es el próximo objetivo?
El futuro depende en gran medida de la financiación y los patrocinadores que consigamos. Ahora estamos inmersos en los análisis de datos. Recogimos miles de muestras biológicas que tenemos que procesar y analizar. Nuestro objetivo es exponer los resultados de forma masiva, hacer una importante y sofisticada campaña de comunicación ya que los datos derivados de estos dos ingredientes, música y salud, forman parte del interés general.