5 diciembre, 2019
MARÍA EIMIL /
«A sip-to-sip tour of the Sonoma of Spain«. Es el titular de un artículo publicado en el diario estadounidense The Washington Post, que recomienda visitar la Ribera del Duero y la compara con Sonoma, una importante zona vinícola de California, y Napa, otra de las más relevantes.
El artículo que firma Amy Tara Koch destaca el encanto rural de esta zona «con una carretera principal que serpentea a través de tranquilas ciudades» y sus bodegas que «asoman desde más allá de un castillo medieval, detrás de un antiguo monasterio y entre bosques de pinos de aspecto esponjoso que parecen arrancados de «The Lorax».
El diario señala que los vinos de Ribera del Duero, al igual que los de la región californiana de Napa, «se benefician de suelos ricos en grava, arena y arcilla» y tienen «mucho cuerpo y sabor a frutas de color azul profundo».
En cuanto a su recorrido por las bodegas, destaca la visita a 3 Ases, que produce solo 50.000 botellas de vino por año; a Abadía Retuerta en Sardón, con sus actividades como paseos a caballo por el viñedo para acompañar las degustaciones o la experiencia de convertirse en jardinero por un día; y Bodegas Portia, reconocidas internacionalmente por su diseño vanguardista de Norman Foster.
El periodista parece impresionado por algunos restaurantes de esta zona vinícola española, como Ambivium, dentro de la bodega Pago de Carraovejas que define como «elegante», y asegura que los platos elaborados por la chef Marina de la Hoz le dejaron «boquiabierto».
También se refiere a bodega Cepa 21, donde pudo degustar un menú degustación elaborado por el chef Alberto Soto, «que emplea el elemento sorpresa, deconstruye los sabores tradicionales en platos pequeños de alto concepto».
Por último, menciona La Serrezuela, «un pequeño restaurante» ubicado en Montejo de la Vega de la Serrezuela en Segovia, donde «las estrellas culinarias son los vegetales recién arrancados de la tierra, ahumados hábilmente sobre carbón y mezclados con el sabroso aceite de oliva español» y el cordero lechal «derretido en la boca, ahumado durante horas a fuego lento».