18 agosto, 2020
El sector hotelero balear sufrió el pasado fin de semana un duro golpe al conocer la inclusión de las islas en la lista negra de Alemania, uno de sus principales mercados. Eso significa que el Gobierno germano desaconseja a sus ciudadanos viajar a nuestro país, salvo en casos de extrema necesidad, y que todos aquellos que procedan de algún destino español (excepto Canarias) deben someterse a un test PCR y, si es el caso, pasar una cuarentena. La consecuencia más inmediata es que en los próximos días se producirá la repatriación de más de 30.000 alemanes que se encuentran en las islas.
«Es una muy mala noticia para nuestra comunidad», señaló la presidenta de la Federación Empresarial Hotelera de Mallorca, visiblemente decepcionada con la decisión del Gobierno germano, especialmente tras los esfuerzos realizados por el sector turístico. «Las empresas han trabajado intensamente en la adopción de medidas, protocolos y formación de los trabajadores para ofrecer garantías y seguridad». María Frontera recuerda que «apenas hay contagios entre los turistas y que se han habilitado los hoteles puente», pero reconoce que «no ha habido la misma concienciación por parte de algunos grupos o colectivos a nivel local».
Solo han pasado dos meses desde que los hoteles españoles pudieron retomar su actividad. Los primeros en hacerlo fueron los llamados corredores seguros, destinos entre los que se encontraba Baleares que, desde entonces, ha sufrido dos importantes golpes derivados de las restricciones de dos países: primero Reino Unido y ahora Alemania.
«El hecho de que Alemania haya decretado la obligación de no viajar tiene consecuencias inmediatas como las tuvo la cuarentena de Reino Unido», indica la presidenta de la FEHM, que apuesta por continuar con «un control exhaustivo en los aeropuertos y los puertos, tanto a nivel internacional como nacional».
En torno al 85% de los turistas que viajan a Baleares cada verano son internacionales. Además, según los datos facilitados por la patronal de los hoteles de Mallorca, tras la cuarentena anunciada por el Gobierno británico la planta hotelera abierta se redujo del 57% al 47%. Con respecto a las perspectivas de futuro, los que se encuentran abiertos «intentarán aprovechar cualquier oportunidad para mantener la actividad turística en Mallorca».