10 noviembre, 2020
«Esto será una crisis tremenda para toda la población, menos para los asalariados de las administraciones y para los que tengan un cargo político. Las restricciones también afectan a los autocaravanistas y pagan justos por pecadores». El presidente de la PACA, Jesús Gallardo, pronuncia estas palabras para referirse a la arbitrariedad con la que el Gobierno y las demás autoridades actúan frente a la pandemia, con unas medidas que, según denuncia, vulneran derechos fundamentales.
Gallardo explica que en España hay muchos ciudadanos que han fijado su residencia en una autocaravana y que algunos de ellos no tienen otro lugar donde vivir. Las restricciones impuestas para hacer frente a la pandemia, según afirma, han hecho aumentar los casos de autocaravanistas que son expulsados del lugar donde tienen estacionado su vehículo.
«Los errores que se cometen en el contexto de esta pandemia también afectan a los autocaravanistas, es más, se seguirán cometiendo irregularidades por parte de algunas fuerzas de seguridad. En España hay personas sin hogar y se sigue expulsando a caravanas y autocaravanas de la vía pública. Eso es totalmente ilegal», critica el máximo representante de la PACA.
Para Gallardo, que alude al Tribunal Constitucional, la Ley ampara a los autocaravanistas que han tomado la decisión de vivir dentro de su vehículo. «El Tribunal Constitucional deja claro que un domicilio es aquel espacio en el que un individuo vive sin estar sujeto obligatoriamente a los usos y convenciones sociales, debiendo quedar exento y siendo inmune a las invasiones, injerencias y agresiones exteriores de otras personas o de la autoridad pública», comenta.
También menciona el presidente de la PACA al Tribunal Supremo que, según sostiene, sentenció que «la caravana o autocaravana en la que una persona tenga constituido su domicilio se encuentra bajo la protección del artículo 18.2 de la Constitución, en cuanto alguien decida usarla y la use para ese fin, aunque sera temporal o accidentalmente».
La PACA alerta de que, durante la pandemia, se han multiplicado las denuncias a autocaravanistas que hacen caso omiso a las órdenes de las fuerzas de seguridad que les obligan a marcharse.
«No sólo se los expulsa de los lugares, sino que se los denuncia cuando no se van y esto crea una impotencia insuperable. Esta es la peor faceta del autocaravanismo en esta situación», advierte Gallardo.
Para Gallardo, esa hostilidad mostrada por algunos gobiernos locales contrasta con el crecimiento que, según explica, ha experimentado el fenómeno del autocaravanismo en estos tiempos de pandemia.