9 abril, 2020
La crisis sanitaria del coronavirus provocará cambios en la mentalidad de las personas, algo que tendrá repercusiones en la forma de viajar de los turistas. El presidente de la Confederación Española de Agencias de Viajes (CEAV), Carlos Garrido, explica a TUR 43 cuáles serán las tendencias cuando finalicen las restricciones del estado de alarma y cómo un sector como el de las agencias de viajes se adaptará a esos cambios que, sin duda, llegarán.
El presidente de CEAV sostiene que la actividad de viajar se retomará a lo largo de tres grandes fases. La primera de ellas, la inmediatamente posterior al levantamiento de las restricciones del estado de alarma se caracterizará por la preponderancia del turismo nacional, con desplazamientos a lugares cercanos.
«La reactivación será progresiva y comenzará por el turismo nacional. Productos como los que ofertan los Paradores y los hoteles de interior en general serán de los primeros en recuperarse. Se realizarán viajes en el coche particular, con trayectos cortos. También pueden empezar a remontar las islas, ya que en Canarias y Baleares hubo menos contagios de coronavirus que en otras comunidades autónomas», comenta Garrido.
La segunda fase se caracterizará por la recuperación de los viajes a las capitales europeas más próximas. «Serán viajes con una duración de entre 3 y 4 días. La gente, en todo caso, buscará andar por la calle por su cuenta, sin la compañía de grandes grupos», explica el dirigente de CEAV que pone como ejemplos urbes como Roma y Berlín.
Ya en un tercer paso, comenzarán a retomarse los viajes de largo radio, a América y Asia. «Los países asiáticos retomarán primero la actividad turística, pues en ellos comenzó la pandemia y, por tanto, saldrán antes de la crisis sanitaria. Más tiempo tardarán en volver los viajes a Latinoamérica y a Estados Unidos, donde los contagios comenzaron a registrarse más tarde que en Europa», expone el presidente de la Confederación.
«Creo que la primera fase, la del turismo nacional, empezará en verano. Primero iremos a nuestros pueblos y segundas residencias y cogeremos un poco el rodaje. La segunda fase la veo más bien para octubre y la tercera, para finales de año», anuncia Carlos Garrido.
Todos estos plazos se acelerarían si se obtiene una vacuna o se encuentra algún medicamento efectivo. «Todos esos plazos están condicionados a que, entre medias, haya una buena noticia médica en forma de medicamento o vacuna que devuelva la confianza al consumidor. Si pasa eso, la recuperación será inmediata», recalca.
«Tengo dos hijas que ya me preguntan cuándo podrán volver a viajar», apunta Garrido para demostrar su tesis de que, en los primeros días tras las restricciones, serán los jóvenes los que, por tener menos miedo a la enfermedad, tiren del carro de la industria turística.
Las ansias de los jóvenes por conocer mundo contrastarán, según Garrido, con unos mayores que tardarán en recuperarse del golpe psicológico que supondrá para ellos la pandemia y todo lo que la rodea. «A los mayores les va a costar salir de esto psicológicamente. Esta situación les afecta mucho más porque, además, son los más vulnerables. Es posible que a algunos les quede un pequeño trauma, incluso si se encuentra una vacuna», lamenta el presidente de CEAV.
La opinión de Carlos Garrido coincide con la que expusieron a este mismo diario el consultor y colaborador de Ostelea Roberto Niño y el presidente de la Asociación Española de Directores de Hotel, Manuel Vegas: los turistas valorarán mucho más que antes la higiene y las medidas sanitarias en los alojamientos.
«Cambiarán algunos hábitos en los hoteles, debido a la búsqueda de facilitar un mayor distanciamiento entre las personas», dice el dirigente de la Confederación de Agencias de Viajes que, al igual que su homólogo de la Asociación de Directores de Hotel, vaticina que el bufé en el desayuno tiene los días contados.
La imagen de multitudes de turistas en monumentos y museos es otra de las que podríamos dejar de ver, al menos durante los primeros meses después de la crisis sanitaria. El miedo al contagio hará que, para muchos, un paseo en solitario o en pareja resulte mucho más apetecible y, desde luego, menos preocupante que formar parte de una horda en la que resulte prácticamente imposible mantener las distancias interpresonales.
«La gente tenderá a evitar lo que conocíamos como circuitos. No querrá estar con mucha gente dentro de un autobús o de un museo», apunta Garrido sobre uno de los grandes clásicos de la actividad turística moderna.
La digitalización y mecanización que llegará a los alojamientos según explicó el presidente de la Asociación de Directores Hotel ya es una realidad en las agencias de viajes, así que la crisis del coronavirus no hará, en opinión del dirigente de CEAV, más que reafirmar la tendencia.
«La venta presencial ya era muy pequeña y marginal en las agencias de viajes. Yo tengo tres agencias de calle y mis ventas presenciales suponen solo el 5% del total. Hoy todo se hace por correo electrónico», comenta.
Carlos Garrido lo tiene claro: el turismo MICE, el vinculado a los congresos y eventos, será el que más tarde en recuperarse de la crisis. «Es el que más tardará en reaccionar, porque la mayoría de los eventos se programan con mucha antelación. Un congreso médico, por ejemplo, se organiza de un año para otro», relata el presidente de los agentes de viajes, que apunta que algunos congresos, pero no muchos, podrán salvarse y acabarán celebrándose a finales de año.
En el polo opuesto están los viajes de negocios que realizan los ejecutivos de las empresas. Esta modalidad fue la última en caer y será la primera en retomar la actividad normal. «Incluso ya con Italia confinada y hasta el último momento, el ejecutivo que tenía que ir allí a firmar un contrato, iba», recalca Garrido.