15 enero, 2022
La histórica estación de trenes de Canfranc, ubicada en el municipio del Valle de Canfranc, en Huesca, acogerá un nuevo hotel de cinco estrellas. El proyecto que impulsa Barceló Hotel Group abrirá las puertas este mismo año bajo la marca Royal Hideaway Luxury Hotels & Resorts. La cadena hotelera espera que este lujoso alojamiento se convierta en el hotel de referencia en el Pirineo Aragonés, tanto a nivel nacional como internacional.
El objetivo de este proyecto, clave para el grupo Barceló, es inaugurar un hotel de última generación y, a su vez, conservar el patrimonio cultural de un edificio emblemático con más de 90 años de historia. El hotel tendrá 104 habitaciones, de las cuales cuatro serán suites de lujo, distribuidas en la primera y segunda planta. La planta baja estará destinada a la zona wellness con una piscina climatizada, además de la biblioteca y el restaurante principal del hotel. El histórico vestíbulo de la estación albergará la recepción del hotel.
Durante la Guerra Civil, el bando franquista cerró el túnel de Somport para evitar cualquier incursión venida desde Francia, pero sería durante la Segunda Guerra Mundial cuando la estación vivió alguno de sus episodios más conocidos. Como recuerda Barceló, con la parte francesa controlada por el ejército nazi, por Canfranc circulaban los trenes que llevaban wolframio gallego hacia las factorías de tanques de Alemania. En sentido contrario, trenes con toneladas de oro entraban en España desde el país germano, la mayoría continuaría hasta Portugal, y la aduana de Canfranc estaba bajo el control de miembros de las SS y de la Gestapo.
Inaugurada en 1928, la Estación Internacional de Canfranc fue el complejo ferroviario más importante de los construidos en nuestro país en el primer tercio del siglo XX, y el segundo de Europa tras la estación alemana de Leipzig. Un edificio imponente, rodeado de montañas, en una explanada fronteriza con Francia que guarda un legado en forma de historias y voces que han permanecido cerradas durante décadas.
“La Estación Internacional de Canfranc, propiedad del Gobierno de Aragón y declarada Bien de Interés Cultural en 2002, siempre ha sido un icono para los aragoneses y, su recuperación, un objetivo común. Ha acumulado historias apasionantes, y, tras medio siglo de abandono desde la interrupción del tráfico internacional, se dan los primeros pasos para recuperar un lugar excepcional e irrepetible, respetando su esencia”, indican desde la hotelera.