21 abril, 2020
Los directores de hoteles y los hosteleros ven con buenos ojos la posibilidad de marcar con algún tipo de brazalete o distintivo a aquellas personas que hayan superado la enfermedad causada por el coronavirus y que, por tanto y según los indicios científicos existentes, no puedan contagiar ni enfermar de nuevo en los próximos meses. La medida, defendida por entidades como la Asociación Española de Directores de Hotel (AEDH) y Hostelería de España, serviría para que las personas sanas y protegidas frente a la Covid-19 pudieran acceder a los establecimientos antes que el resto de la población, algo que sería todo un alivio para los negocios.
El presidente de los directores de hotel, Manuel Vegas, considera que, al igual que los establecimientos tendrán que poner un especial énfasis en acreditar el escrupuloso cumplimiento de medidas sanitarias, es justo que los huéspedes hagan algo parecido y muestren su condición de inmunes.
«Soy partidario de esa medida. Me parece bien que se establezca algún tipo de identificación. Cuando los clientes vengan, nos van a pedir a los hoteles una serie de medidas sanitarias. Yo también quiero que el cliente me diga en qué situación viene», expone el presidente de AEDH, que alude a un sistema implantado en china y que consiste «en un código en los teléfonos móviles que va por colores y que permite saber quién está libre y quién no».
También es favorable a la propuesta Hostelería de España, que coincide con los directores de hotel en que, en los primeros meses tras la pandemia, será conveniente que se sepa quién ha superado la enfermedad.
«Desde Hostelería de España creemos que igual que apostamos por la segmentación territorial o por la tipología de los establecimientos, quizás sea necesario hacer algún tipo de distinción en los clientes como un brazalete, por la propia seguridad de ellos», manifiesta la entidad.
La opinión de las asociaciones que representan a los directores de los hoteles y a los hosteleros a nivel nacional contrasta con la que mantienen otros agentes implicados, de una u otra forma en el sector turístico y que, con matices, coinciden al ver en la medida una forma de segregación social que estigmatiza a algunas personas.
Ana Llera, propietaria de la casa rural Las Calderas en Cantabria, opina que, si bien la medida serviría para reactivar antes la economía y la actividad de los negocios, es «controvertida y un poco incriminatoria». «Supone discriminar a un sector de la población y, aunque puede parecer algo justo en la época en la que vivimos, es como crear de nuevo unas clases sociales con diferentes derechos», sostiene.
Más contundente se muestra el comunicador y asesor turístico Fernando Valmaseda, que califica la creación de distintivos para sanos como «una idea descabellada». «Me recuerda a épocas en las que se le ponían brazaletes a los presos o a la de Hitler. Estamos llegando a límites que no parecen éticos y esta medida, probablemente, sea hasta inconstitucional. Dividir a la población entre los que han pasado la enfermedad y los que no, no me parece una medida correcta», advierte.
También alude a la época de los nazis el presidente de la Plataforma de Autocaravanas Autónoma (PACA). «No creo que sea una buena idea. Nos recordaría a la época de los nazis y no todo el mundo querría estar al lado de una persona marcada», recalca Jesús Gallardo, que aprovecha su declaración para anunciar que enviará al Gobierno, al Ministerio de Industria, Comercio y Turismo y a las diputaciones provinciales un escrito en el que les expondrá sus ideas para reactivar la actividad turística tras la pandemia.