5 abril, 2021
Sólo un 25% de los establecimientos abiertos y sólo 1.500 plazas disponibles de las 5.000 con las que cuenta el municipio. Esta es la principal consecuencia que las restricciones impuestas a Sanxenxo, entre las que se encuentra la prohibición de servir en los espacios interiores de la hostelería, han tenido sobre el turismo en la localidad gallega durante la Semana Santa.
«El hecho de no poder trabajar en el interior de los establecimientos hosteleros ha sido un verdadero varapalo. Estamos viendo que muchas de las medidas no tienen casi impacto en los contagios, pero sí suponen un gran golpe para el sector. Nos resignamos, pero a veces hay medidas que resultan incomprensibles y, lo que es peor, inútiles», explica el presidente del Consorcio de Empresarios Turísticos de Sanxenxo, Alfonso Martínez.
El único dato de la Semana Santa que los empresarios del alojamiento de Sanxenxo ven con cierto optimismo es de la ocupación en los establecimientos que sí abrieron sus puertas, que alcanzó el 51%, un porcentaje que, teniendo en cuenta las circunstancias, consideran aceptable.
«En cuanto a los hoteles que sí abrieron, el balance es razonablemente satisfactorio», expone el presidente de los empresarios turísticos de Sanxenxo, que lamenta, sin embargo, que «el sector está ahora al límite de su capacidad de resistencia».
Martínez añade que, después de haber cumplido los hosteleros con las normas impuestas, es el momento de que la Xunta y las demás administraciones paguen las ayudas prometidas. «Ahora es más importante que nunca la responsabilidad individual de todos y el cumplimiento de los compromisos adquiridos por todas las administraciones públicas para que se materialicen las ayudas. Estamos en un momento crucial», concluye.