6 agosto, 2020
Los trabajadores de los hoteles españoles afrontan el futuro con una sensación de incertidumbre y con temor a perder su empleo. La caída del turismo provocada por el coronavirus ha puesto a las empresas para las que trabajan en una situación muy complicada y, muchos de ellos, contemplan impotentes cómo los establecimientos en los que han desarrollado su labor, en algunos casos durante años, permanecen bajo mínimos o incluso cerrados.
El testimonio que ofrece a TUR 43 el delegado sindical de Comisiones Obreras (CCOO) en el Hotel Gran Ayre Colón de Madrid, Miguel Ángel Grande, muestra hasta qué punto el coronavirus ha golpeado al sector del alojamiento y a todos los que viven de él, ya sean empresarios o trabajadores.
«Aunque no hay despidos, somos 130 trabajadores y estamos casi todos en ERTE total. Sólo están trabajando la persona que lleva Recursos Humanos, que está en un ERTE de media jornada, y el personal de mantenimiento. Creo recordar que el director tampoco está en ERTE», explica Grande, que cuenta que el hotel permanece cerrado como alojamiento turístico, pero con una parte del complejo funcionando para la atención sanitaria.
«Fue el primer hotel medicalizado de Madrid, por su proximidad al hospital Gregorio Marañón. Tiene dos edificios unidos por un pasillo y, uno de ellos, se habilitó para atender a los enfermos que ya estaban en fase de recuperación y para alojar al personal sanitario. En este momento sigue así», comenta el representante de los empleados del hotel.
Los datos de los hoteles de la ciudad de Madrid de los que dispone Grande no invitan a la esperanza y hacen que los trabajadores asuman como lo más probable que su actividad normal no se recupere antes de que finalice este año.
«De los cerca de 700 hoteles que hay en Madrid, estarán abiertos sólo 200. Además, los que están abiertos lo están con ocupaciones de entre un 20% y un 30%. El sentir de los trabajadores es de mucho desconcierto, porque tampoco hay mucha información de las empresas», apunta el delegado sindical.
Los problemas administrativos de los empleados del sector del alojamiento, al menos en el caso de Miguel Ángel Grande y de sus compañeros, no están relacionados con el cobro de las prestaciones en sí, sino con los complementos que esas deben incluir en algunos casos y con la concesión de citas en las dependencias del Servicio de Empleo Público Estatal (SEPE).
«Cobrar sí estamos cobrando, aunque se están dando situaciones en las que no se paga la prestación por hijos», expone Grande, que critica el retraso en la concesión de citas y relata que él mismo solicitó ser atendido en oficinas del SEPE el 9 de julio y deberá esperar hasta el 21 de agosto.