21 marzo, 2022
Agricultores, ganaderos, cazadores, gente del mundo de la tauromaquia, apicultores, propietarios de alojamientos rurales, representantes de plataformas que luchan contra la despoblación… y así hasta sumar las 400.000 almas que, según la organización de la gran manifestación que recorrió el pasado domingo las calles de Madrid, participaron en el llamado 20M Rural, una participación que las autoridades reducen a 150.000, cifra que también demuestra el éxito de la convocatoria.
Pese a que cada sector presenta particularidades y tiene sus propias reivindicaciones, todos los que marcharon por la capital en una jornada en la que el componente reivindicativo maridó con el festivo coincidieron al señalar al Gobierno que, según recalcan, mira hacia otro lado cada vez que el campo tiene problemas, llegando incluso a realizar declaraciones y a aprobar normativas que criminalizan a algunos de ellos.
La crisis del campo ya venía de atrás, pero la guerra de Ucrania y la huelga del transporte, que ha dejado imágenes como la de ganaderos que tenían que tirar su leche, no han hecho más que agravar el descontento de la España rural. El escaso porcentaje que agricultores y ganaderos se llevan del precio total de sus productos en el supermercado ha llevado a los representantes de ambos colectivos a clamar por unos precios más justos. Muchos de ellos llegaron a manifestar que llevan tiempo trabajando sin conseguir con su esfuerzo nada más que pérdidas.
La guerra de Ucrania y la huelga de transporte no han hecho más que agravar el descontento de la España rural
Las plataformas que luchan contra la despoblación, como Teruel Existe, acudieron a la marcha para mostrar su apoyo a quienes dedican su vida a unas actividades sin las cuales el campo español moriría irremediablemente. «Queremos llamar la atención del Gobierno y del conjunto de los ciudadanos porque en la agricultura y el mundo rural existe un riesgo de colapso. Exigimos que se garantice la rentabilidad de las explotaciones agroganaderas con unos precios justos».
Entre los más descontentos están los cazadores, que ya antes de la manifestación rural que recorrió Madrid habían anunciado su descontento con la Ley de Bienestar Animal que pretende aprobar el Gobierno y con el hecho de que la actividad que practican parezca estar siempre bajo sospecha. «El actual Gobierno no está nada de acuerdo con la actividad cinegética e intenta entorpecerla todo lo que puede y algo más. Nos están maltratando, manipulando, empobreciendo y degenerando y, al final, no queda otra que salir y defender nuestro modo de vida», comentaba la joven cazadora Pilar Montero que, ya finalizada la manifestación, denunció el escaso protagonismo que le habían dedicado al colectivo cinegético los medios de comunicación que cubrieron la marcha.
Algunos de los cazadores acudieron a la cita acompañados de sus perros, otros lo hicieron portando bocinas y otros utensilios sonoros utilizados en las cacerías y un nutrido número de ellos llevaron puesta una prenda de naranja, color elegido por el colectivo para esta manifestación del mundo rural en Madrid. En lo que todos coincidieron es en reivindicar que la caza es necesaria, no sólo como fuente de ingresos para el mundo rural, sino también como actividad que ayuda a preservar el medio ambiente.
«La manifestación ha sido increíble. Había muchísimos cazadores de todas partes. Tanto el taxista que nos trajo al lugar donde comenzó como la propia gente de Madrid nos dijeron que no habían visto nunca tantos autobuses. Queremos dejar claro que la caza es necesaria para la economía y para la supervivencia de muchas especies», comentó la cazadora Eva Rius, que critica las leyes que, según denuncia, «se hacen desde el despacho y sin conocimiento».
Contra el que consideran el Gobierno más antitaurino de la historia se manifestaron ganaderos, toreros, mozos de espadas, empresarios y, en general, todos aquellos con algo que decir con respecto a la tauromaquia. Con la música de pasodobles, con unos toros hinchables con los que unos alumnos de escuelas taurinas completaron unos pases y aclamados con gritos de ¡viva España! y ¡viva la fiesta nacional!, los taurinos dejaron bien claro que ellos también son parte del mundo rural y que su actividad, además de formar parte de la propia esencia cultural del país, es necesaria para la subsistencia de muchas familias.
«Todos en el mundo del toro estamos relacionados con el mundo rural. En nuestro sector, tenemos una serie de trabas que impiden nuestro desarrollo, como son las burocráticas y las fiscales. No necesitamos que nadie haga nuestro trabajo, pero sí que nos dejen hacerlo», explicaba a TUR 43 la presidenta de la Asociación de Ganaderías de Lidia, María Jesús Gualda.
La misma opinión tiene Ana Mayoral, de la ganadería Toros de Pablo Mayoral, que, tras la manifestación rural que recorrió Madrid, dijo estar muy orgullosa de la unidad mostrada por el sector taurino. «Ha sido muy emotivo y muy emocionante, algo histórico. Se ha percibido una unión enorme entre los distintos estamentos del mundo del toro y con el mundo rural y con la caza. Cuando hay esa unión, creo que se puede sacar algo en limpio», manifestó.