9 mayo, 2019
El gobierno holandés lo tiene claro, los destinos turísticos que se han masificado pasarán a un segundo plano al dejar de ser promocionados en las diferentes campañas que se desarrollan insititucionalmente. En Holanda lo tienen claro «más no es mejor» y por ello han anunciado de forma oficial que ya se está diseñando una nueva estrategia de gestión de destinos.
La Junta de Turismo y Convenciones de Holanda (NBTC) ha elaborado un informe que se ha dado a conocer esta misma semana en el que detallan que la presión que el incremento del turismo está ejerciendo en algunos destinos «sobre la habitabilidad» ya roza niveles insostenibles. En este sentido, el informe recuerda también que «otras partes de Holanda no se benefician de las oportunidades y el impulso socioeconómico que el turismo puede ofrecer».
Los cálculos de esta entidad, la cifra de turistas americanos crecerá en Holanda este año un 6% llegando a superar 1.600.000, los chinos crecerán un 5% y, según las cifras del diario The Guardian, los turistas británicos crecerán desde los los 18 millones que visitaron Holanda en 2018 hasta alcanzar los 42 millones en 2030.
Conflictos generados por el turismo
La afluencia masiva de turistas a algunos destinos ha ocasionado situaciones que el gobierno quiere atajar. Algunos ejemplos son el famoso jardín de bulbos de Keukenholf o los distritos de molinos de viento de KinKerdijk, ya que se han vuelto inaccesibles durante la temporada alta de turismo debido a las tensiones en la infraestructura local que han generado los visitantes.
De hecho, en los últimos años, Holanda ya ha ido adoptando algunas medidas para frenar la masificación turística, entre ellas, el incremento del impuesto turístico en Amsterdam. En esta ciudad, el precio de la vivienda se ha disparado al tiempo que se ha incrementado el desorden público y algunos vecindarios han ido perdiendo su carácter propio.
Más medidas restrictivas
De manera inmediata, las autoridades pondrán en marcha más medidas restrictivas como limitar la capacidad del aeropuerto de Schiphol o la retirada de los buques de pasajeros del centro de la ciudad. Además, volverá a incrementarse el impuesto turístico que ya ha venido creciendo en los últimos años.
De forma global, desde la NBTC han señalado que se implementará «una nueva estrategia» para encontrar un mejor «equilibrio» entre los habitantes locales «fatigados», las necesidades de la economía y las empresas y el interés de los visitantes. Desde el organismo que dirige el turismo en el país han señalado que en lugar de «promocionar», su departamento pasará a «gestionar los destinos».
Cabe recordar que el turismo aporta a la economía holandesa 82.000 millones de euros pero, al mismo tiempo, las autoridades están preocupadas por el efecto que el fuerte incremento del turismo podría llegar a tener en el medio ambiente del país, puesto que su objetivo actual es reducir las emisiones de CO2 un 49%