4 agosto, 2019
MARÍA EIMIL /
«Mucha gente que está actuando en la calle no es profesional, a veces sí tiene una licencia, pero regalada y sin la preparación necesaria para ser un guía de verdad». Son las palabras de Almudena Cencerrado, presidenta de la Confederación de Guías Oficiales de Turismo de España (CEFAPIT), que representa a más de 15.000 profesionales.
En los últimos años, al igual que ha ocurrido en otras profesiones, los guías turísticos han sufrido en sus propias carnes el intrusismo laboral. Los free tours y el «brutal proceso de liberalización del sector«, derivado en gran medida de la normativa comunitaria, son dos de las grandes amenazas para estos trabajadores.
Cencerrado encabeza CEFAPIT, el paraguas que ampara a gran parte de estos profesionales y les defiende de aquellos que, sin contar con la habilitación necesaria, salen a la calle encabezando a un grupo de turistas. A esta realidad también se refiere el presidente de la Asociación Profesional de Guías Turísticos de Galicia, Tommi Alvarellos, que cita la capital de España como ejemplo de liberalización total del sector: «En Madrid, cualquier persona puede ejercer por el hecho de comprarse un paraguas en el chino».
Otra ciudad en la que los guías turísticos se han visto «muy perjudicados en los últimos años» es Barcelona. De hecho, el Ayuntamiento presentará alegaciones a la nueva normativa de la Generalitat, para tratar de regular la actividad en la vía pública y para evitar que se simplifique el procedimiento para convertirse en un guía turístico habilitado.
El hecho de que cada Comunidad Autónoma legisle de una manera distinta, «y en ocasiones de forma muy laxa», es otra de las principales amenazas del sector. Es el caso, según Cencerrado, de Aragón y Andalucía, donde conseguir la habilitación para ejercer profesionalmente como guía turístico es «prácticamente un trámite» y se logra «sin siquiera demostrar conocimiento de idiomas». Esto supone un problema para el colectivo porque «hoy en día, el que tenga emitida una licencia en una comunidad puede trabajar en el resto sin tener que demostrar nada más». En este sentido, la asociación está luchando para que se establezcan exámenes en los que se evalúen los conocimientos específicos del área en la que van a trabajar.
«Hoy en día, el que tenga emitida una licencia en una Comunidad puede trabajar en el resto sin tener que demostrar nada más»
Pero este conflicto va más allá de las fronteras españolas, porque está ocurriendo con personas procedentes de otros países europeos. Alvarellos asegura que llegan desde Alemania, donde, además, «sus conocimientos los avala una agencia privada, porque no tienen ley de turismo» y pueden ejercer si demuestran cierto nivel del idioma oficial, «aunque a la administración le da exactamente igual». «Queremos jugar todos en la misma liga», señala.
A este problema hay que sumar otro muy importante en ciudades como Barcelona: los free tour, una clara amenaza para los profesionales habilitados, que se han preparado con una licenciatura o grado, una diplomatura o estudios de Formación Profesional y que han tenido que acreditar conocimiento de cuatro lenguas, entre ellas las dos vernáculas: español y catalán.
«Es una injerencia brutal en nuestra profesión», indica la presidenta de la Asociación Profesional de Guías de Turismo de Catalunya, Mari Paz Alonso, «estos señores están trabajando ilegalmente aunque la regulación se lo permita porque, en su momento, se tomó la decisión de que no era necesario ser un guía habilitado para ejercer en la vía pública». Una queja con fundamento si se tiene en cuenta que aquellos que disponen del carnet tienen que estar dados de alta en la Seguridad Social para ejercer su profesión. «Se están aprovechando de la legislación española porque ellos no pagan impuestos, mientras que nosotros facturamos por nuestros servicios. Si usted trabaja y usted cobra, usted paga».
«Estos señores están trabajando ilegalmente aunque la regulación se lo permita porque, en su momento, se tomó la decisión de que no era necesario ser un guía habilitado para ejercer en la vía pública»
Y es que pese al adjetivo ‘free’, de gratis tienen poco. «Es una estrategia para hacer pagar a la gente utilizando sus sentimientos. Pobrecito yo, que me tengo que dedicar a esto…», ironiza Alonso. «Hay gente que viene de otra rama laboral o que, directamente, nunca la ha tenido, pero que, cuando llega la temporada baja, se apunta al paro para recibir una subvención que viene de los que sí estamos pagando impuestos», zanja.
1 Comments
Esto es un monopolio mafioso. Las licencias de guía turístico están diseñadas para mantener el coto privado de algunos interesados. Tendría que haber libre acceso a tratar con los extranjeros en tu propio país. Cualquier persona con dotes comunicativas, una preparación del itinerario y ganas de trabajar podría perfectamente ejercer de guía turístico. La riqueza proveniente del turismo se repartiría mejor, porqué muchas más personas podrían ejercer de guías de manera temporal o extra laboral, y, al haber más competencia, solo se mantendrían las mejores empresas del sector. Si no fuera por estas licencias, muchos cuentacuentos se irían a la calle de un día para otro. Hemos dejado que el turismo en nuestro país lo controlen estos chupópteros.