2 diciembre, 2021
«Todo depende de lo que hagamos en este puente». Con esta frase, un tanto ambigua pero contundente, aludió el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo, a la importancia que tendrá el comportamiento de los gallegos durante los próximos días para que no sea necesario adoptar nuevas restricciones durante la Navidad, una posibilidad que, ante los actuales datos epidemiológicos, deja completamente abierta.
El Gobierno gallego ya había adoptado, con el pertinente consentimiento del Tribunal Superior de Xustiza de Galicia, la obligatoriedad de presentar el certificado Covid para acceder a la hostelería (a cualquier hora en los restaurantes y, a partir de las 21.00 horas, en los bares y cafeterías). Ahora, además de ampliar esa restricción a gimnasios, residencias de mayores y zonas hospitalarias con personas vulnerables, el Ejecutivo autonómico insiste en la recomendación de eludir grandes aglomeraciones y mantener la prudencia y es que el propio Feijóo, tras su advertencia a los gallegos, habló de «cifras preocupantes».
La Xunta ha programado su plan de acción en base a dos escenarios: el que sitúa el pico de la sexta ola de contagios entre la segunda y la tercera semana de diciembre y el que, con una visión más pesimista, vaticina que la nueva embestida de la Covid-19 en Galicia no cesará hasta finales de mes, pudiendo incluso prolongarse hasta enero.
El Gobierno gallego había tomado la decisión de retomar el certificado Covid para la hostelería tras una reunión con los hosteleros y aprovechó el anuncio de las medidas para recalcar su deseo de ofrecer las máximas garantías de seguridad sanitaria con el mínimo daño para la economía y, en concreto, para los negocios de hostelería y para el turismo.
«Con el objetivo de dar estabilidad al sector, la Xunta ha mantenido, desde el inicio de la pandemia, un diálogo fluido y constante con representantes de la hostelería y del ocio nocturno, con los que llegó a acuerdos como la puesta en marcha de planes con los que garantizar, precisamente, la continuidad de la actividad con independencia de la Covid-19″, había expuesto el Gobierno gallego.
Mientras Galicia y otras comunidades autónomas españoles implantan o preparan nuevas restricciones y con Portugal ya inmerso en un nuevo estado de calamidad, Alemania ha anunciado hoy que confinará a todos sus ciudadanos que no estén vacunados y lo ha hecho, además, con vistas a establecer que la inmunización sea ya obligatoria para febrero del próximo año.
El confinamiento no será absoluto, pero la prohibición de que las personas no inmunizadas accedan a los locales de hostelería y a cualquier comercio que no se considere esencial y la obligación de que reduzcan su interacción social a un máximo de dos personas limita mucho el día a día de todo aquel que no esté vacunado o que no haya superado la enfermedad.
En algunas regiones del país, las restricciones van todavía más lejos. Este el caso de Baviera, cuyo Gobierno ha vetado el acceso de los aficionados a los estadios fútbol, lo que provocará, por ejemplo, que el Bayern de Múnich juegue a puerta cerrada el crucial partido que lo enfrentará al Barcelona y que decidirá si el equipo catalán accede a la siguiente ronda de la Champions League.