6 mayo, 2020
El sector hotelero se enfrenta a un reto sin precedentes. Ha pasado más de un mes desde que se produjo el cierre total de los establecimientos (salvo los llamados hoteles hospitalizados) y diez días antes de su apertura, el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE) ha lanzado un borrador que incluye las pautas a seguir vara minimizar el riesgo de contagio y que todavía está pendiente de recibir luz verde por parte del Ministerio de Sanidad.
Además de las medidas de limpieza y desinfección, comunes a otros protocolos como al que afecta a los campings o al que está orientado a los establecimientos de restauración, el documento incluye novedades, como la necesidad de evitar la manipulación de coches de clientes por parte del personal, el llamado servicio de aparcacoches, o la recomendación de colocar alfombras desinfectantes en la entrada del establecimiento.
Las recepciones a las que estamos acostumbrados, con multitud de clientes haciendo consultas o esperando para el registro de llegada, check in, o de salida, check out, se acabarán. Y es que una vez que los hoteles puedan abrir sus puertas, contarán con un aforo máximo en esta zona y el personal se asegurará de que se cumple la distancia de seguridad entre clientes y empleados. Si esto no fuera posible, se instalarán pantallas protectoras o, bien, portarán mascarilla.
Los mostradores contarán con solución hidroalcohólica, se fomentará el pago con tarjeta o medios electrónicos, se desinfectará el TPV después de cada uso y la llave de la habitación se depositará en un recipiente desinfectante una vez que finalice la estancia de cada cliente o tras cada uso, si se depositan en recepción. La limpieza será constante en el mostrador y los equipos informáticos, que deben limpiarse y desinfectarse al inicio y al fin de cada jornada de trabajo. También en la recepción los hoteles dispondrán de un termómetro sin contacto para realizar las comprobaciones oportunas en caso de clientes con síntomas compatibles con Covid-19.
En los establecimientos que cuenten con servicio de transporte de equipaje al cliente, este deberá llevarse en condiciones de seguridad, con guantes desechables y toallitas desinfectantes para limpiar asas o manillas.
Para garantizar las distancias en recepción y en la entrada del restaurante, los establecimientos hoteleros contarán con marcas de indicación de posiciones o medidas alternativas. También incluirán cartelería con las medidas de prevención que se implantan en el centro y las pautas que deben seguir los clientes. También facilitarán información sobre los centros de salud y hospitales más cercanos y los teléfonos de emergencia. Además, dichos carteles deben encontrarse en, al menos, una lengua extranjera.
El servicio de cafetería o restaurante también cambiará. Además de las medidas destinadas a garantizar el cumplimiento de las distancias de seguridad, veremos cómo desaparecen todos los elementos de uso común, commo vinagreras, saleros, aceiteras, máquinas de bebida o azucarillos. Por supuesto, también se eliminarán todos los elementos decorativos.
El procolo hace especial hincapié en la necesidad de aplicar las medidas oportunas en función del tipo de servicio que se preste en estos espacios. De esta manera, en el caso de que sea buffet, como es tradicional en los desayunos, se instalarán pantallas de protección y veremos emplatado individual de los alimentos y no grandes bandejas, además de monodosis tapados. Por otra parte, en el servicio de habitaciones, el camarero hará uso de guantes al acceder a la habitación para servir y retirar el producto, portará mascarilla si no puede mantener la distancia de seguridad y todo el material de vajilla se higienizará en el lavavajillas o equivalente. También habrá un protocolo para la retirada de los residuos que se dará a conocer al cliente.
El personal de cocina también debe cumplir unas estrictas reglas para garantizar la seguridad. Además de lavarse las manos nada más entrar y antes de manipular alimentos, también deberá hacerlo cada vez que cambie de de un alimento a otro. También en cocina será necesario cumplir la distancia de seguridad y, si esta no puede garantizarse, debe portar mascarilla. El cabello deberá ir recogido y no se llevarán anillos, pulseras ni pendientes.
Para garantizar el cumplimiento del aforo del establecimiento, se ampliarán los turnos si fuese necesario. Además, estos espacios contarán con carteles recordando la necesidad de lavarse las manos antes y después de pulsar los botones en las máquinas de vending y café, si las hubiere.
El establecimiento debe disponer de solución hidroalcohólica en los lugares de paso y en las instalaciones de uso intensivo por los clientes. También se considerará la instalación de solución hidroalcohólica a la salida del aseo y las papeleras contarán con una apertura de accionamiento no manual y dispondrán de doble bolsa interior.
El protocolo del ICTE también establece la necesidad de reponer continuamente el jabón y las toallas de papel y la limpieza periódica de los dispensadores.
En los gimnasios de los hoteles se establecerán las mismas medidas que en los balnearios: definición de aforo, espacio para depositar toallas y clases grupales con espacio de 2×2 para los asistentes o, si es posible, al aire libre.
Todos los elementos comunes que no puedan ser desinfectados después de cada uso, pesas, mancuernas, etc., serán eliminados. Además, si no se puede garantizar la distancia de seguridad en este tipo de instalaciones, el ICTE recomienda cerrar la instalación temporalmente y ofrecer otras alternativas a los clientes, como tablas personalizadas de ejercicios para realizar en zonas exteriores.
La distancia de seguridad y, en su defecto, la mascarilla, será obligatoria en los ascensores y en todas las zonas comunes, también durante las actividades de animación. Las áreas de recreo infantiles deben limpiarse y desinfectarse con frecuencia y abrirán al público siempre que se cumplan las directrices de las autoridades competentes.
En lo que tiene que ver con los eventos, el protocolo del ICTE establece que cada establecimiento deberá definir las zonas en las que se celebren eventos, atendiendo al análisis de riesgos realizado y se diseñarán de forma que se puedan controlar los aforos y respetar las distancias mínimas de seguridad en la llegada, pausas, servicios de comida y bebida y al finalizar el evento. Además, el espacio debe ventilarse dos horas antes para garantizar la normativa vigente.
En las habitaciones debe analizarse la reducción de textiles (alfombras incluidas), objetos de decoración y amenities para actuar de acuerdo al plan de contingencia definido, las papeleras deben contar con tapa, doble bolsa y accionamiento no amnual y las mantas y almohadas deben encontrarse protegidas. Además, si se dispone de secador de pelo en la habitación, este debe limpiarse (incluido el filtro) a la salida del cliente y las perchas deben estar precintadas o desinfectadas. Por otra parte, el protocolo del ICTE establece la necesidad de limitar el servicio de plancha.
El servicio de limpieza tendrá que cumplir medidas muy estrictas. Como mínimo, llevará guantes de vinilo o acrilonitrilo o, en caso de que sean de látex, deben emplearse sobre otros de algodón. La mascarilla también será obligatoria y, se recomienda llevar protección respiratoria, gafas de protección de montura y mandil desechable.
Todas y cada una de las acciones que se lleven a cabo en el hotel de cara a mantener la seguridad deben estar incluidas en un plan de contingencia que debe ser revisado y elaborado por un comité para la gestión del riesgo, conformado por la dirección del hotel en caso de que este no disponga de uno para la seguridad y salud que asuma este papel. Si este no existem la representación legal de los trabajadores formará parte del comité de gestión.