23 julio, 2024
Se podría decir que Arturo Zarauza es una de las grandes voces expertas del golf en la España actual. Y lo es porque lleva más de veinte años ligado profesionalmente a un deporte que, como él mismo confiesa, le ha dado mucho más de lo que podría imaginar. Jugador aficionado desde que no contaba más de un palmo de altura, profesor y, desde hace casi dos décadas, gerente del Campo Municipal de Golf La Llorea, en la ciudad de Gijón. El perpetuo golfista, como se describe a sí mismo, nos cuenta cómo está viviendo la evolución sufrida por un deporte, o juego, que ha cambiado mucho en los últimos años.
¿Cuántos años lleva ostentando el cargo de director deportivo del Golf Municipal de Gijón?
Pues toda la vida. Empecé como profesor en 1993, y luego continué como técnico a través de una oposición que aprobé en el año 2006. Así que llevo casi 20 años gestionando el golf municipal de Gijón, que engloba dos campos. El de La Llorea y el de El Tragamón.
Por lo que veo, siempre ha estado vinculado al mundo del golf. ¿Cuándo dio sus pinitos en este deporte?
Llevo jugando desde los 10 años, así que se podría decir que toda la vida. Primero jugué al golf de manera amateur, y luego ya profesional. Toda mi trayectoria personal y profesional me ha llevado por la senda del golf. Participé en comités de competición, colaboré en la financiación del club del año 1987 al 1991… y, por supuesto, ejercí como profesor de golf durante muchos años.
Después de tanto tiempo dentro del mundo del golf, habrá presenciado muchos cambios. ¿Cómo ha vivido usted esta transición?
Lo cierto es que el golf ha cambiado mucho en los últimos años. Especialmente, gracias a la iniciativa del Ayuntamiento de Gijón, que apostó por construir dos campos de golf municipales en nuestra ciudad, lo que permitió a mucha más gente acceder a este deporte. Somos la única ciudad de España que tiene dos campos de golf de titularidad municipal. Y esto ha hecho, inevitablemente, que cambie la percepción social acerca de esta disciplina, y que la tradicional etiqueta de elitista que siempre ha estado detrás del golf salte por los aires. Los precios para jugar y para abonarse en nuestros campos son muy asequibles.
¿Cuándo diría que se produjo el punto de inflexión en el cambio de percepción del golf como disciplina deportiva?
Bajo mi punto de vista, el boom del golf comenzó, precisamente, en 1994, cuando se inauguró el campo de La Llorea, y llega hasta hoy, con más de 1.400 abonados.
¿Se ha hecho un esfuerzo por democratizar el golf por parte de las instituciones asturianas?
Totalmente, pero ha sido un esfuerzo del propio Ayuntamiento de Gijón. Se podría decir que Asturias y Gijón son una pequeña isla en lo que respecta al golf y la connotación social que se esconde detrás de este juego. Me gusta llamarlo un juego, más que un deporte. Y es, además, un juego de precisión. Pero sí, lo cierto es que la perspectiva que hay aquí es totalmente diferente a la que puede existir en otros puntos de España. Precisamente, por lo asequible que es jugar y las facilidades que se ofrecen a los jugadores.
Se podría decir que Asturias y Gijón son una pequeña isla en lo que respecta al golf y la connotación social que se esconde detrás de este juego
¿Qué hace de Asturias la comunidad líder en este juego de precisión?
Sin duda, que cuente con 6 campos de golf públicos. Esto hace que sea un deporte muy asequible, adecuado a todos los bolsillos, por eso tiene tan buena acogida. Y eso que el clima que tenemos no es precisamente favorable al juego. No lo hace atractivo. Pero aún así, el golf despunta en Asturias.
¿Cuál es el perfil mayoritario de los jugadores de golf a día de hoy? ¿Ha sufrido cambios en los últimos años?
No, en ese sentido se mantiene en la misma línea. Yo diría que el perfil mayoritario es el de un jugador de más de cincuenta años y residente en Gijón. No tiene por qué haber estado vinculado previamente al golf. Muchos de ellos empiezan en esa edad y este es el único deporte que practican.
¿Cuál es el porcentaje de mujeres abonadas a La Llorea?
De los 1.400 inscritos, solo el 20 % se corresponde con mujeres.
¿A qué achaca la falta de representación femenina en el golf?
No creo que sea una situación exclusiva del golf. Pienso que es una dinámica habitual en la mayoría de los deportes. Supongo que será una cuestión sociocultural, siempre se ha relacionado más el deporte con hombres. Antes, el acceso de las mujeres a estas prácticas estaba más restringido. Pero en el caso del golf, ahora mismo no existe ninguna barrera.
Y cambiando de tercio, La Llorea cuenta con dos escuelas municipales de golf. ¿Cómo fue su creación y qué proyección tuvieron los jugadores?
Las escuelas nacieron con el campo de golf, en el 1994. En un primer momento, un club privado obtuvo la concesión, por lo que se encargó de la formación desde ese año y hasta el 2014. Los jugadores que se formaron en las escuelas municipales tuvieron un relativo éxito deportivo en el panorama nacional, pero también en el internacional. De aquí salieron campeones de España, de Europa e, incluso, una campeona del Mundo, por lo que el Club Municipal de Gijón fue una cantera importante de jugadores, teniendo en cuenta las características y las dimensiones de nuestra ciudad. Así pues, en comparación con otras localidades y federaciones, los resultados son brutales. Y la verdad es que el éxito de estos jugadores tuvo como resultado un nuevo auge de las escuelas, que llegaron a tener hasta 200 niños y niñas inscritos.
¿Cómo funcionan ahora las Escuelas Municipales y cuántos inscritos hay?
Ahora mismo tenemos dos escuelas, una de iniciación y otra de competición. La edad mínima para participar es de 6 años, y la máxima de 21. A día de hoy tenemos 104 jugadores inscritos en total entre las dos escuelas. Pero en competición hay menos alumnos. Yo diría que la proporción es 70 % en iniciación y el 30 % restante en competición.
De aquí salieron campeones de España, de Europa e, incluso, una campeona del Mundo, por lo que el Club Municipal de Gijón fue una cantera importante de jugadores
¿Ha notado un descenso en los alumnos desde que es gerente del campo?
Sí. Se ha notado un descenso considerable en el número de alumnos en los últimos 15 años hasta estabilizarse en torno a los 100. Los niños tienen tantas opciones, que escogen deportes más establecidos. El fútbol es mortal para todo deporte minoritario de iniciación. Los chavales no se abren la puerta a otro tipo de disciplinas. Es una pena.
Este año, La Llorea ha participado por primera vez en una de las pruebas del IV Circuito de Golf y del I Circuito de Croquet TUR 43. ¿Por qué se han decidido a dar el salto a un certamen que tiene gran presencia en Galicia y en el norte de Portugal?
Cuando nos propusieron celebrar una de las pruebas del Circuito en La Llorea me pareció una idea muy interesante. Es una manera de ganar visibilidad, de dar a conocer el campo de golf y a nuestros jugadores. Que la gente sepa que existimos. Estamos en el norte, en una especie de aldea perdida para muchos, y el hecho de acoger una prueba en un Circuito internacional nos brinda una oportunidad única que no quisimos dejar escapar.
¿Cómo está siendo la experiencia?
Muy positiva. Los jugadores están muy contentos, y yo también. Ha sido todo un éxito sobrepasar la barrera del centenar de participantes. Ha superado mis expectativas. Además, el hecho de que se celebren paralelamente dos pruebas, la del golf y la del croquet, es muy interesante. Para eso tenemos dos instalaciones que cuidamos muchísimo. La verdad es que me encantaría repetir el próximo año.
¿Cuáles diría que son las principales dificultades a las que se enfrenta a día de hoy un gerente de un campo de golf municipal?
Ahora mismo, las restricciones legales que nos imponen para la utilización de productos químicos en el césped que eviten que haya una proliferación de enfermedades fúngicas. Esos productos solo están permitidos en la agricultura, por lo que tenemos las manos atadas para mantener a raya las enfermedades.
Y ya por último, ¿qué ha sido lo más gratificante de toda su carrera profesional?
Sin duda, ser profesor. La satisfacción y el orgullo que me dieron mis alumnos cuando me dediqué a la enseñanza es lo que más gratificante me ha resultado.