7 agosto, 2019
PABLO LÓPEZ /
La prensa británica alerta: el calentamiento global generará una grave crisis para el sector turístico en España. Así lo afirma el editor de finanzas del diario The Guardian, Patrick Collinson, que explica que, ya este año, hay zonas de la costa española en las que, a las cinco de la tarde, resulta más agradable quedarse en el hotel con el aire acondicionado encendido que pisar la arena de la playa.
Los turistas de Reino Unido, que mantiene su liderazgo como principal país emisor hacia España, buscan en sus vacaciones el sol y el calor que tanto escasean en su país, pero el cambio climático provocará, según los estudios científicos a los que alude el experto de The Guardian, que la temperatura en Madrid se iguale con la que actualmente presenta la ciudad marroquí de Fez y que la de Londres se parezca a la que solía tener Barcelona.
«Destinos británicos como Margate empezarán a verse como más atractivos», explica Collinson, que ironiza al comentar que la contaminación causada por los aviones se reducirá, no por una normativa que racionalice el tráfico aéreo o por un incremento del precio, sino, simplemente, porque muchos ciudadanos europeos dejarán de tener que viajar para disfrutar del turismo de sol y playa.
El experto en financias de The Guardian olvida en su análisis sobre perspectivas turísticas y cambio climático el contraste existente en España entre el norte y el sur. La crisis que el calentamiento global puede desencadenar en los destinos sureños del país, puede derivar en un incremento de los turistas que llegan a los del norte.
El estudio Turismo y cambio climático, realizado por el doctor Álvaro Moreno y publicado en la página web del Ministerio para la Transición Ecológica, informa de que, entre los años 2050 y 2080, comunidades autónomas como Galicia y Asturias serán las que disfruten de un mejor clima para acoger turismo extranjero en los meses de verano.
Las estadísticas del último mes de julio refuerzan el mensaje de quienes advierten de la llegada de cambios bruscos en las temperaturas y de las consiguientes repercusiones sobre los flujos turísticos y es que, dicho mes, fue el más cálido jamás medido a nivel global. Ciudades europeas como París batieron su récord histórico al alcanzar temperaturas superiores a los 42º.