23 julio, 2019
PABLO LÓPEZ /
El pueblo leridano de Bagergue será desde este fin de semana, oficialmente y a todos los efectos, uno de los más bellos del país, pues el próximo sábado celebrará su ingreso en la asociación Los Pueblos más Bonitos de España, un honor reservado a núcleos de menos de 15.000 habitantes y con un patrimonio arquitectónico o natural certificado que superan una exigente auditoría.
Un acto en la iglesia románica de San Fèlix de Bagergue, que se celebrará al mediodía, convertirá a esta localidad en la primera de Cataluña que obtiene la distinción. El alcalde de Bagergue, Marc Tarrau, y la delegada del Gobierno en Cataluña, Teresa Cunillera, acompañarán al presidente de la Asociación Los Pueblos Más Bonitos de España, Francisco Mestre, y a los regidores de otros pueblos de este selecto grupo en la ceremonia de proclamación.
Bagergue, situado a una altitud de 1.419 metros, es el pueblo más alto del Valle de Arán. La localidad, además de contar con una gran riqueza natural y paisajística y con un no menos interesante patrimonio histórico y cultural, ha recibido varios premios por su cuidado de la ornamentación floral. Así, cuenta, por tercer año consecutivo, con cuatro Flores de Honor concedidas por el movimiento Viles Florides, que premia la preocupación de los pueblos por el ajardinamiento y el mobiliario urbano.
La asociación Los Pueblos más Bonitos de España busca promocionar los atractivos turísticos y culturales de la España rural y mostrar la belleza de los pueblos que la integran, así como fomentar la protección del patrimonio histórico y artístico. «La asociación nace de la convicción y necesidad de poner en conocimiento de todo el mundo los maravillosos pueblos que salpican la geografía española e implicar a las administraciones para que cuiden y respeten nuestro patrimonio», explica la entidad.
Para formar parte de Los Pueblos más Bonitos de España, las localidades aspirantes deben demostrar en la auditoría a la que son sometidas que reúnen una serie de requisitos en materias como la limpieza de las calles, la conservación de las fachadas, la circulación de vehículos, el cuidado de las zonas verdes y el tratamiento de los carteles informativos.
Los pueblos que logran la distinción pasan a gozar del derecho a plasmarla en la rotulación y a usar el sello oficial de la asociación. Para mantenerse en el grupo, además, tienen la obligación de seguir cumpliendo los requisitos que motivaron su nombramiento, pues pueden ser sometidos a nuevas auditorías que, de resultar negativas, les harían perder el título.