20 agosto, 2022
Cantabria es un destino privilegiado para cualquier aficionado a la naturaleza y la historia. Un gran ejemplo de ello es su enorme oferta turística alrededor de las pinturas rupestres, lo que convierte a Cantabria en la región con mayor densidad de cuevas con arte rupestre del mundo, con un total de 70 cuevas. De todas ellas, 10 han tenido el honor de ser declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Muchas de estas cuevas se pueden visitar y disfrutar, por lo que se trata de un plan inigualable para disfrutar en solitario, en pareja o con amigos o con la familia. Por esta razón, te mostramos todas las las cuevas y las pinturas que han sido reconocidas como Patrimonio de la Humanidad y que no te puedes perder si visitas Cantabria. Eso sí, recuerda que antes de realizar una visita a alguna de las cuevas, debes reservar tu entrada en la web oficial de las cuevas prehistóricas de Cantabria.
Aunque algunas cuevas no permiten la entrada de público por motivos de conservación, sí que cuentan con museos o centros de interpretación que se pueden visitar, dando forma a un recorrido único para conocer a la primeras mentes creativas de la humanidad a través de estos ‘museos de arte’ primitivos:
Si hablamos de pinturas rupestres, tenemos que hablar de Altamira. Considerada como la Capilla Sixtina de este tipo de arte, la cueva de Altamira es una de las herencias paleolíticas más valiosas del mundo y cuenta con algunas de la representaciones artísticas más importantes de la prehistoria en el mundo. Eso sí, debido a su conservación, solo se puede visitar bajo unos criterios muy estrictos (pero indudablemente necesarios).
Para que todo el mundo pueda conocer su historia, se construyó un museo en con una réplica exacta de las cavidades: la neocueva de Altamira. Sumado a su importancia histórica, esta cueva se encuentra en Santillana del Mar, uno de los pueblos más bonitos de España según National Geographic, lo que refuerza a un más su visita obligada si pasamos por Cantabria.
Esta cueva fue excavada a principios del siglo XX, siendo uno de los primeros hallazgos de este tipo en España (y Europa). En su interior se conserva un potente yacimiento que nos lleva desde el Paleolítico Inferior (hace unos 120.000 años) hasta la Edad de Cobre (6.000 años).
Manos, bisontes, ciervos, caballos… Todas sus pinturas configuran uno de los registros crono-culturales más importantes del mundo, especialmente por su gran variedad de estilos, técnicas y temáticas. Esta cueva se encuentra muy bien acompañada en lo que a arte rupestre se refiere, ya que se encuentra en el Monte Castillo (en plenos Valles Pasiegos), donde también se encuentran importantes representaciones pictóricas del pasado en Monedas, Chimeneas y La Pasiega.
Esta cueva, ubicada también en Monte Castillo, guarda las pinturas de los últimos cazadores-recolectores que poblaron la Cornisa Cantábrica hace 12.000 años. A través de su recorrido interior, es posible admirar los dibujos hechos con carbón que representan a los últimos animales de clima frío que habitaron la región antes de su extinción.
Nuestra siguiente parada es la cueva de La Pasiega, que se trata de la cavidad con mayor número de representaciones de toda la Península Ibérica, llegado a albergar más de 910. El descubrimiento de este magnífico hallazgo fue totalmente de casualidad, durante una campaña de excavación en la Cueva del Castillo en el año 1911. Actualmente no es visitable por razones de conservación de su valioso patrimonio interior.
Esta cueva fue descubierta en 1953 por un equipo que estaba realizando la carretera de acceso a las cuevas del Castillo y La Pasiega. Chimeneas cuenta con varios paneles de grabados con animales y motivos no figurativos. Destacan su conjunto de pinturas negras, situadas al fondo de una sala; y sus representaciones de animales al lado de motivos cuadrangulares. Sin embargo, al igual que La Pasiega, es una cueva cerrada al público por cuestiones de conservación.
Esta cueva se encuentra en los Ramales de la Victoria, conocida popularmente como la cueva de las ciervas rojas. Entre sus paredes podemos encontrar a varias ciervas, el uro y un caballo representados de manera estilizada. Unos dibujos que impresionan, sobre todo si tenemos en cuenta que se realizaron hace 25.000 años y que representan las manifestaciones más antiguas de este arte puntillista que consiste en aplicar el colorante sobre las paredes, pintando con el dedo.
Se trata de una visita muy fructífera para el turista, ya que es posible ver las pinturas desde poca distancia y, además, muestran un estado de conservación excepcional: se pueden llegar a observar la huellas dactilares del artista.
En esta cueva, ubicada en Camargo, encontraremos la misma técnica de pigmentación que en Covalanas. Se trata de una cueva de dimensiones enormes, que ofrecen un importante yacimiento arqueológico y unas espectaculares pinturas rupestres, donde se representan ciervas y caballos.
Lo más sorprendente de estas pinturas, además de su expresividad escénica, es que tuvieron que realizarse utilizando una especie de andamio de seis metros hace 25.000 años.
Situada en San Felices de Buelna, el vestíbulo de esta pequeña cueva fue lugar de habitación para los últimos Neandertales que poblaron el Norte peninsular y los primeros Homo Sapiens que habitaron Cantabria. En la actualidad esta cueva se puede visitar en grupos muy reducidos, dada la escasa capacidad anterior. Imprescindible contactar antes con Turismo de Cantabria.
Esta cueva es la última de la visitables dentro de las declaradas como Patrimonio de la Humanidad. Ubicada en Riclones, la cueva del Moro Chufin debe su nombre a la leyenda que cuenta que este personaje guardó un tesoro en la cavidad.
Sin embargo, su verdadero tesoro son las pinturas rojas que decoran su techo elevado (que dan lugar a figuras simbólicas) y sus grabados exteriores, situados en el vestíbulo.
Ubicada en la localidad de Omoño, la cueva de La Garma es uno de los yacimientos que más expectación ha causado en los últimos años. Todavía no está adaptada para el público, ya que sigue en período de excavación e investigación. Su fama mediática se debe a dos factores relacionados: primero, porque se trata de un yacimiento que esconde numerosas pinturas, grabados y restos arqueológicos de tres épocas distintas.
El segundo factor tiene relación con el magnate estadounidense y diseñador de zapatos de lujo Stuart Weitzman, que se ha convertido en el mecenas de la excavación. Weitzman ha aportado casi medio millón de euros para promover la investigación de la cueva cuyos secretos le han cautivado desde hace años. De hecho, otro de sus grandes proyectos es trabajar en videos en 3D y fragmentos de realidad virtual para que los visitantes puedan disfrutar de La Garma como si estuvieran dentro mientras los trabajos de investigación continúan.