6 febrero, 2018
En España hay más de 10.000 castillos, aunque sólo una pequeña parte -apenas 143- son visitables, según datos de la Secretaría de Estado de Turismo, decidida a desarrollar la potencialidad de este patrimonio para diversificar y desestacionalizar la oferta turística nacional. La Asociación Nacional de Castillos y Palacios Turísticos de España, con quien el Gobierno central pretende impulsar el turismo cultural mediante la creación del producto “Castillos y Palacios de España”, cifra en 5.625.000 personas el volumen anual de visitantes de los castillos españoles, en algunos de los cuales es posible también alojarse.
Los elevados costes de mantenimiento -una media de 20.000 euros al año- y los escasos atractivos fiscales que España ofrece a los propietarios, que pueden desgravar un 15% de los gastos realizados en un bien de interés cultural, frente al 100% que desgravan los propietarios de castillos en otros países europeos, hace que cada vez sean más quienes se plantean su venta
Uno de cada cuatro, en venta
Actualmente 2.900 castillos y palacios españoles están en venta, lo que supone casi uno de cada cuatro. Los precios oscilan entre los 160.000 y los 10 millones de euros, en función de su superficie y, sobre todo, de su estado de conservación, aunque no es extraño encontrar incluso ruinas a la venta por un solo euro a condición de que la propiedad sea restaurada.
En todos los casos, la demanda de castillos, palacios e incluso casas señoriales en España corre casi siempre a cargo de extranjeros, con rusos y chinos a la cabeza. Por el contrario, los castillos y palacios destinados a la explotación turística están en España fundamentalmente en manos nacionales gracias fundamentalmente a la apuesta que el Estado realizó en su día para desarrollar la red de Paradores.
La iniciativa privada en este sector es mucho más reciente y, por ahora, menos significativa que en otros países de Europa, como Francia o Alemania. La Secretaría de Estado de Turismo apuesta no obstante por el aprovechamiento integral de un patrimonio de incalculable valor en el que pretende desarrollar nuevos productos turísticos culturales como exposiciones, visitas guiadas, exposiciones o ferias medievales poniendo en contacto a propietarios de castillos con empresas proveedoras de servicios turísticos complementarios.