9 enero, 2020
MARÍA EIMIL /
«Entre el 80% y el 90% de las viviendas de uso turístico ya existían, no acaban de llegar», subraya Dulcinea Aguín. Ella dirigirá en los tres próximos años Aviturga, el colectivo que representa a los propietarios de viviendas de uso turístico en Galicia y que nació en Portonovo (Pontevedra) en 2016. Los objetivos de esta asociación son claros: convertirse en «foro de encuentro de los propietarios de viviendas turísticas» en la comunidad gallega y en el portavoz de sus intereses ante las administraciones públicas, algo que en los últimos meses comienza a cobrar más interés en esta comunidad del norte de España.
La apuesta más reciente de Aviturga es Vitgal, la primera central de reservas de viviendas de uso turístico de Galicia, y que aglutina en torno al 30% de las más de 9.800 que existen en esta comunidad, según los últimos datos oficiales.
-El Gobierno ha anunciado que se impondrán restricciones a las viviendas de uso turístico. ¿Cómo lo valora?
-Lo cierto es que está recogido en el Real Decreto que se aprobó el año pasado y básicamente otorga a las comunidades de propietarios la posibilidad de limitar las viviendas de uso turístico. Se está publicando información un tanto confusa, porque para prohibirlas hace falta unanimidad y, por tanto, el voto a favor del propietario de la vivienda de uso turístico. Lo que sí establece es la posibilidad de condicionar su actividad con el acuerdo de las 3/5 partes de la comunidad para establecer una serie de normas relacionadas, por ejemplo, con el ruido. En todo caso, prácticamente todas las comunidades autónomas cuentan ya con su propia normativa.
-Ya se conoce la sentencia de Tribunal Supremo que da la razón a la Xunta y que, por tanto, impide que las viviendas turísticas se alquilen por habitaciones. ¿Qué opinan?
-Aunque todas las viviendas que forman parte de Aviturga se alquilan en su totalidad, siempre nos opusimos a esta medida, porque lo más importante es que estén todas registradas. Ahora mismo nos vamos a encontrar con habitaciones compartidas que no están bajo el amparo de la ley a efectos turísticos. Hay un número importante de viviendas que se alquilan por habitación y podrían seguir haciéndolo, aunque no estuviesen localizadas. Por esa razón, nosotros pusimos una demanda. Tampoco estamos de acuerdo en que los ayuntamientos puedan prohibirlas.
-En Santiago de Compostela sí se han tomado medidas de este tipo…
-En Santiago de Compostela se llegó a un acuerdo plenario y se suspendieron las licencias en la mayor parte del ayuntamiento. No compartimos los argumentos del consistorio de que no hay oferta para estudiantes y para las personas que querían alquilar todo el año, porque hay 9.000 viviendas que no se están utilizando y 641 viviendas de uso turístico. La política que se ha hecho en Santiago materia de urbanismo no ha sido adecuada porque durante muchos años los gobiernos locales no han hecho los deberes, ha habido una dejadez muy grande y cuando hay un problema, lo que hacen es prohibir. El Ayuntamiento ha utilizado uno de los artículos para suspender las licencias y poder modificar el Plan General, que es lo único que tendría que haber hecho. Prohibir las viviendas turísticas es atentar contra el derecho a la propiedad y a la libre competencia.
«La política que se ha hecho en Santiago materia de urbanismo no ha sido adecuada porque durante muchos años los gobiernos»
–Parece que el 2020 es el año de las viviendas turísticas…
-Esto es una campaña mediática a nivel nacional y a veces los titulares no reflejan la realidad. No podemos comparar la situación de Santiago, por ejemplo, con la de otras ciudades, como Barcelona o Madrid. Entre el 80% y el 90% de las viviendas de uso turístico ya existían, no acaban de llegar, lo que ocurre es que estaban al amparo de la ley de arrendamientos urbanos y ahora la ley obliga a registrarlas como viviendas de uso turístico.
«No podemos comparar la situación de Santiago, por ejemplo, con la de otras ciudades, como Barcelona o Madrid»
-¿Está este tema en el centro del debate porque hay interés político y empresarial detrás?
-Fundamentalmente tiene que ver con la presión del sector hostelero pero, ¿cuál es la realidad? Que las viviendas de uso turístico tienen un impacto socioeconómico y ahora están prácticamente en todos los puntos de Galicia, en cualquier zona y en cualquier momento del año. Creamos empleo porque contratamos empresas de limpieza, acudimos a lavanderías a lavar la ropa y los clientes compran y consumen en los establecimientos del entorno. Además, somos una parte fundamental para desestacionalizar el turismo porque si vas ahora a una zona de costa, los hoteles y hostales estarán cerrados. Antes llegaba el 8 de septiembre y era un cierre completo de temporada, salvo en Vigo y alrededores donde las viviendas tienen ahora más ocupación que en verano por las luces, pero en el resto de Galicia no es así. Toda nuestra actividad genera un impacto socioeconómico que nos gustaría cuantificar en colaboración con las administraciones porque los datos que se dan ahora mismo no son reales. No se están teniendo en cuenta los visitantes que se alojan en las viviendas de uso turístico.
«Somos una parte fundamental para desestacionalizar el turismo porque si vas ahora a una zona de costa, los hoteles y hostales estarán cerrados»
-¿Qué diferencia a estas viviendas de uso turístico de los apartamentos turísticos?
-Las viviendas de uso turístico se distinguen de los apartamentos turísticos en que no son establecimientos públicos y, por tanto, no se dan servicios de hostelería. Además, nuestros clientes no pueden alojarse más de 30 días.
-¿Cuáles son los retos de Aviturga para el nuevo año?
En verano pusimos a funcionar Vitgal, nuesta propia plataforma de reservas, junto a un socio tecnológico inglés. El reto es que esta plataforma que aúna la oferta gallega en viviendas de uso turístico, se convierta en un referente en España. Somos la primera asociación del país que cuenta con una plataforma propia. Otro de los retos es dar a conocer la nueva normativa para que la gente haga las cosas de manera legal, por lo que iremos por toda Galicia para explicarla.